miércoles, 26 de octubre de 2022

Otra Oportunidad: Capítulo 65

 -La verdad es que estaba pensando que no tendría que estar aquí.


-No sé por qué -sonrió Luciana, sacudiendo la cabeza-. Mamá y Josefina hicieron todo lo posible para que hubiese varios hombres solteros esta noche.


Paula hizo una mueca de desagrado. Desde que había llegado al rancho aquella noche, la habían bombardeado con invitaciones a bailar. Había accedido y dado varias vueltas al patio de cemento con algunos de los hombres. Era cierto que todos eran agradables y educados, pero no le había gustado ninguno de ellos.


-Tu madre y tu tía han perdido el tiempo -le dijo a Luciana-. No me interesa. 


-Ya lo veo. Ninguno de ellos es Pedro.


Paula se detuvo en el acto de llevarse una copa de ponche a los labios y le lanzó una mirada de reojo a Luciana.


-Comienzo a pensar que eres más parecida a tu hermano mellizo de lo que nunca había sospechado.


Luciana echó la cabeza hacia atrás y lanzó una carcajada cristalina que le hizo preguntarse a Luciana cómo se sentiría si fuese una mujer como ella. Luciana tenía un hombre bueno y fuerte que la amaba profundamente, una gran familia que siempre la apoyaría, y además estaban los niños que ella y Sergio tendrían muy pronto. Paula no lograba imaginarse semejante felicidad.


-Sí. Supongo que somos más parecidos que los hermanos normales. Nos conocemos muy bien. Por eso me alegro de que te haya encontrado.


-¡Luciana, él no me ha encontrado! -exclamó Paula sorprendida-. No de la forma a la que te refieres tú. Tu hermano y yo simplemente trabajamos juntos.


La expresión de Luciana reflejó una comprensiva indulgencia.


-Como te decía, conozco bien a mi hermano. Se ha enamorado de tí, y yo estoy encantada.


Antes de que Paula pudiese corregirla, las bonitas facciones de Luciana reflejaron solemnidad.


-¿Sabes, Paula? Hace muchos años que mi hermano está triste. No lo manifiesta, pero aquí dentro tiene tristeza -puntualizó, dándose unos golpecitos en el pecho.


-No quiere hablar del pasado -dijo Paula confundida-. Al menos, conmigo no.


-Con nadie.


-Según tengo entendido, ha salido con muchas mujeres -murmuró Paula.


-Ninguna de ellas ha significado nada para él -dijo Luciana haciendo una mueca-. Él...


Se interrumpió bruscamente al ver a Josefina que se acercaba.


-Perdona, Luciana -dijo ésta-, pero llaman al teléfono a Paula. Es Pedro de larga distancia.


-¿Pedro quiere hablar conmigo? -la miró Paula con sorpresa. 


Josefina asintió con la cabeza y Luciana le lanzó una mirada maliciosa.


-Supongo que no podía esperar hasta llegar para oír tu voz.


Paula tuvo deseos de decirle que esa vez estaba equivocada con respecto a su hermano.


-Estoy segura de que es por trabajo -murmuró y luego le dijo a Josefina-: ¿Dónde está el teléfono?


-Ven conmigo a la casa, que te indique.


Paula la siguió por la puerta trasera de la casa, luego a través del salón lleno de gente.


-Puedes usar el del dormitorio -le dijo mientras le indicaba que la siguiera por un largo pasillo-. No creo que puedas oír con el estruendo que hay en el salón -Paula la siguió hasta una habitación donde Josefina encendió la lámpara de la mesilla y le indicó el teléfono-. Atiende aquí, yo colgaré el de la cocina.


Paula le agradeció y después de que Josefina saliese de la habitación, se pasó la lengua nerviosamente por los labios.


-¿Dígame?


-¿Paula? ¿Qué diablos te ha hecho tardar tanto?


¿Y eso era lo que decía un hombre que supuestamente la amaba tanto? Se mordió la lengua para no contestarle de mal modo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario