lunes, 1 de enero de 2024

No Esperaba Encontrarte: Capítulo 68

Sólo había sido en los últimos meses cuando Paula había comenzado a mostrar sus debilidades, sólo un poco, ante sus hermanas. Las había sacado adelante y las había querido, ¡Pero había puesto límites en lo que ellas podían hacer en compensación!


—He apartado a todo el mundo de mí —dijo, percatándose de ello—. He estado tan ocupada tratando de mantenerme a salvo, que incluso cuando traté de proteger a mis hermanas, no les permití acercarse a mí completamente.


Pero podía abrirse y dejar que otras personas llegaran al fondo de su corazón. Ella era fuerte. Podía hacerlo. Podía. No era un caso de incapacidad para poder hacerlo o de que no fuera capaz de dar suficiente amor. El problema era que tenía miedo. Pero tenía que ser más fuerte que sus temores y hacer que éstos la abandonaran. Sintió esperanza. Se preguntó si el pequeño corazón de Valentina se había sentido también invadido por la esperanza como le ocurría al suyo en aquel momento. 


—Danos una oportunidad, Paula —imploró y a la vez ordenó Pedro—. Cuidar de tus hermanas fue duro para tí; fue una enorme responsabilidad. Las querías mucho y ahora estás empezando a aprender a recibir el amor que ellas te dan para así llenarte. Hay un vínculo muy fuerte entre ustedes tres que nunca se romperá. ¿Has pensado en eso? Nosotros también podríamos crear un vínculo como ése.


La expresión de la cara de Pedro insistía en que ella considerara sus palabras y en que le creyera.


—Acepta mi pasado como parte de mí, pero deja que sea yo el que pague por él. No me castigues; soy yo el que tiene que decidir afrontarlo y responder por él.


La verdad era que Pedro había respondido por su pasado. Había incluso pagado por él, día tras día.


—Oh, Pedro. Perdóname —susurró—. Sé… Sé que nunca vas a volver a fallarle a Valentina. Quiero que te perdones a tí mismo por ello y, por favor, quiero decirte que sí.


Sí a Pedro, sí a Valentina y sí a todo. Si era complicado, que lo fuera. Si le dolía cuando las cosas se pusieran difíciles, si se preguntaba cómo irían a salir adelante y si su relación funcionaría, Pedro tenía razón; estarían los dos juntos. Ambos se enfrentarían unidos a lo que fuese.


—Una madre para Valentina —murmuró ella, abrazando el concepto por primera vez. Había querido amar a la pequeña. Se dirigió a Pedro, para decirle que ella sería la mejor madre que le fuera posible y que ya amaba a Valentina. ¡Si él pudiera perdonarla!


—Yo puedo vivir de nuevo con una niñera.


Al oír la voz de Valentina, Paula levantó la cabeza. La pequeña estaba de pie, cerca de ellos, con una expresión muy seria. 

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