miércoles, 24 de enero de 2024

Juntos A La Par: Capítulo 41

 —Sólo tenemos que limitarnos a impedir volver a perder el control — dijo con determinación. Y con una amplia sonrisa, añadió—: Estoy deseando hacer la lasaña. En el supermercado había una verdura estupenda, ¿No crees?


Tomaron la carretera local y Paula se entretuvo en un detallado análisis de las zanahorias, el brócoli y la coliflor. Y Pedro le dejó. Quizá también a él le tranquilizaba charlar sobre un tema tan inusitado.


—He llamado a Coates y a McCarty mientras cocinabas —dijo Pedro, apoyándose en el codo en la manta del picnic.


Estaban en un prado de alta hierba y flores silvestres que la luz del atardecer iluminaba. Aunque no estaban lejos de la casa, Paula había insistido en llevarlo en coche para no arriesgarse a que se tropezara en el irregular suelo.  Para ella, aquélla era una de las mejores maneras de relajarse, y Pedro, en contra de lo que había creído originalmente, estaba disfrutándolo. Eso no significaba que no sintiera tensión, pero de un tipo muy distinto al que le causaba el trabajo. Arrancó una brizna de hierba y la enroscó en el dedo.


—Parece que todo va bien, incluso Beacon's Cove. No voy a necesitar volver a hablar con ellos hasta que el médico me deje volver a Melbourne. Para eso faltaban al menos tres días. Y lo mejor sería que no se produjera ningún aplazamiento. 


Miró al cielo aunque habría querido mirar a Paula. 


—Hasta entonces, tendremos que buscar maneras de pasar el tiempo apaciblemente. Verás cómo no te aburres —Paula se inclinó hacia delante y Pedro se dió permiso para mirarla de soslayo y satisfacer un deseo que se había prohibido—. Ahora que te he ganado a los crucigramas, tienes que saber que tengo planes para mañana —añadió ella con ojos chispeantes.


Pedro se incorporó, intrigado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario