lunes, 22 de enero de 2024

Juntos A La Par: Capítulo 36

 —Porque es verdad —dijo ella. 


Dejó a Simba en el suelo y entrelazó los dedos sobre el regazo. Estaba demasiado cerca, tan cerca que podría tocarla. Y eso es lo que hizo. Pedro alzó la mano y le acarició la nuca. Sus rostros estaban tan cerca que podía oler el vino en los labios de Paula e imaginar que lo borraba con un beso. La frustración volvió a apoderarse de él. Acababa de renunciar a su trabajo, el médico le había tratado como si fuera un niño, acusándolo de no tener sentido común. Había sido un día espantoso y, por un instante, quería tener aquello que quería. Y quería poseer a Paula más de lo que estaba dispuesto a admitir.


—¿Pedro? —balbuceó ella, abriendo los ojos desmesuradamente al tiempo que el aire se cargaba de electricidad.


Pedro sabía que estaba haciendo lo contrario de lo que debía. Apretó la nuca de Paula levemente, pero lo bastante como para acercarla a él.


—Sé lo que he dicho esta mañana, pero quiero volver a besarte, Paula, y creo que tú también lo deseas.


¿Qué importancia podría tener un segundo beso? ¿Y si se estaba engañando a sí mismo, qué más daba?


—Puede que yo también lo desee, pero… —empezó ella en un susurro.


Sus sensuales y tentadores labios lo instigaron. Pedro incrementó la presión de sus dedos para contenerse. Paula tenía que decidir.


—Puedes darme las buenas noches —la deseaba en su cama, de todas las maneras imaginables, pero por el momento, sólo anhelaba un beso.


Ella dió un profundo suspiro que puso en movimiento sus espectaculares curvas y Pedro sintió que todo su cuerpo se tensaba.


—Todavía no quiero despedirme —dijo ella. 


Pedro dejó escapar un gemido y la atrajo hacia sí. Ya conocía su sabor y quería empacharse de él. No quería reflexionar y pensar en las implicaciones de lo que sentía. Sus cuerpos se fundieron como si fueran complementarios. Olvidó sus lesiones y la apretó contra sí como si quisiera sentir cada milímetro de su piel en contacto con el de él, como si quisiera memorizarlo, dejarlo impreso en su cuerpo.

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