lunes, 18 de enero de 2021

Perdóname: Capítulo 36

 —La forma en que se refiere a él… ¿Quiere eso decir que no son pareja? —preguntó el estudiante ladeando la cabeza—. Por favor, no se ofenda. Mariana me ha dicho que usted es su niñera y su secretaria.


—Me sorprende que no le dijera también que llevo un anillo de compromiso —contestó Paula.


—¿Es un regalo del profesor Alfonso? —inquirió el estudiante examinándolo.


—No —contestó ella dolorida.


Los ojos azules del estudiante vagaron llenos de admiración por la silueta de Paula, vestida con vaqueros y chaqueta.


—¿Cuándo será la boda?


—Dentro de siete semanas.


—Y entonces, ¿Dónde está el novio? 


—En California —contestó Paula de mala gana, lamentando de inmediato haber contestado a una pregunta tan personal, sobre todo cuando era mentira.


No volvería a merodear por la excavación sin Pedro.


—Eso está muy lejos. ¿Por qué no viene esta noche a una de las fiestas de los remolques? Hay música y comida. Estará entre amigos. ¿Qué le parece?


—Aprecio mucho su invitación, pero me temo que no voy a poder. El profesor Alfonso trabaja por las noches, es justo cuando el bebé requiere más atención. Gracias, de todos modos.


Paula echó a caminar, pero el estudiante la alcanzó.


—¿A dónde va tan deprisa?


—A dar una vuelta por la excavación.


—¿Es que aún no la ha visto?


—No, los bebés requieren veinticuatro horas de atención al día.


Tras acostumbrarse a las rutinas del bebé, Pedro la había ignorado por completo durante cuatro días. Ella no sabía nada sobre su trabajo en la excavación, y no había preguntado por miedo a que él se lo tomara a mal.


—Bueno, ahora está libre. Permítame que la guíe. 

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