lunes, 9 de noviembre de 2020

Otra Oportunidad: Capítulo 47

 Su comentario la ofendió.


 –¿Qué? ¿De qué estás hablando?

 

–Tiene mucho éxito con las mujeres, pero es un jugador y nunca crecerá.

 

–¡Estás celoso!

 

–No, no lo estoy –se defendió Pedro.

 

–Entonces, ¿Por qué has irrumpido en la casa como un toro por las calles de Pamplona? Parecía que venías en busca de pelea.

 

–Estaba preocupado –le confesó–. Me gusta Paulson, pero coquetea con todas.


 –¿Pensabas que iba a coquetear conmigo?

 

–Tú te mereces algo mejor.


Paula pensó que también se había merecido que Pedro la tratara mejor.

 

–Sí, lo sé –le dijo ella–. Javier es un mujeriego, pero ha sido un perfecto caballero. A lo mejor no lo conoces tan bien como crees. Me hizo reír y hacía mucho que no me sentía tan bien. Además, nunca tendría nada con Javier ni con ningún otro hombre porque tú y yo todavía estamos casados.

 

–Muy bien.


Su respuesta la confundió y enfadó a partes iguales. No sabía por qué le importaba tanto cuando estaban a punto de divorciarse.


 –¿Eso es todo lo que tienes que decir? ¿No vas a disculparte? Entraste aquí asumiendo lo peor sin tener en cuenta que Javier es tu amigo y yo, tu esposa.

 

–Es verdad, no sé qué me ha pasado. Estoy cansado, he estado trabajando mucho...


 –Eso no es una novedad –repuso ella–. Me he portado muy bien, Pedro. He hecho todo lo que el doctor Marshall y tú me habéis pedido que hiciera. No puedo decir lo mismo de tí.

 

–¿De qué estás hablando?

 

–Me dijiste que tenías que hacer turnos extra para compensar los días que has estado fuera, pero no has estado aquí casi nada. ¡Y a saber dónde has pasado las noches!

 

Una diabólica sonrisa iluminó el rostro de Pedro.

 

–Ahora eres tú la que está celosa.


 –No, no lo estoy. Solo estaba preocupada.


Aunque tenía que admitir que quizás estuviera también un poco celosa.

 

–¿Preocupada? –repitió él con más amabilidad–. ¿Como yo estaba preocupado por Javier?

 

Asintió con la cabeza. Se sentía estúpida y patética. Se miraron a los ojos.

 

–No hay de qué preocuparse. He estado en casa de un colega que vive cerca del hospital para poder dormir algo entre turnos.

 

–Supongo que eso tiene sentido...

 

Pero Pedro había sido muy vago y seguía sin saber si se trataba de un hombre o una mujer. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario