lunes, 30 de noviembre de 2020

Mi Destino Eres Tú: Capítulo 23

Martina la miró enfadada. Media docena de madres asintieron y comenzaron a darle consejos. El encargado de sección se acercó al oír el barullo. Paula miró a su alrededor. Solo parecía haber una salida ante semejante situación: agarrar a la niña y salir corriendo. Por desgracia el jefe de sección era un hombre amable. Se inclinó sobre Martina y dijo:


-Yo tengo media docena de nietas, y sé muy bien qué...


-No se lo recomiendo... -comenzó a decir Paula.


La preciosa niña, sentada en el suelo, le sonrió al encargado, pero luego le mordió un dedo. El encargado soltó unas cuantas palabrotas y se levantó.


-Y además -añadió con dignidad-, su bebé se ha hecho pis.


-No es un bebé, es una niña -lo corrigió Paula.


-No importa...


-Si no le hubiera gritado usted así... -comenzó a decir Paula- No es más que... 


No podía volver a usar la palabra bebé, reflexionó. Martina dejó de llorar y miró a Paula, que miraba a su alrededor sin saber qué hacer.


-¡Señora...! -dijo el hombre.


-¡Pero si no es mi hija! -se defendió Paula.


-¡Mamá! -la llamó Martina poniéndose en pie-, ¡Pis!


Paula agarró la mano de la niña. Podía ver a un oficial de seguridad uniformado a cierta distancia dirigirse hacia ellas junto a una docena de mujeres. Solo podía hacer una cosa: esconderse detrás del perchero de los vestidos. Y eso hizo. Pero aquello solo funcionó durante unos segundos. Los oyó hablar. Luego, una odiosa voz dijo:


-¡Ahí!


Martina trató de decir algo. Paula la hizo callar con una señal del dedo. No quería mirar en esa dirección, pero lo hizo. Junto a ellas había un par de zapatos negros de hombre. Siguió con los ojos la figura hasta llegar a la cabeza.


-¡Oh, Diossss! -musitó-. ¿Por qué tienes que venir a espiarnos?


El hombre se agachó y le dió golpecitos en la cabeza mientras Paula trataba de ponerse en pie. Martina se sacó el pulgar de la boca.


-¡Qué grande!


-Sí-asintió Paula-. Es David Pleasanton.


-Has conseguido que me echen de mi empleo en la Latimore Incorporated -dijo él de buen humor.


Paula sabía perfectamente a qué se refería.


-No vas a conseguir nada de mí... -comenzó a decir.


De todos modos el oficial de seguridad las había visto al fin.




Pedro Alfonso estaba sentado en su sillón favorito en el salón con Martina, en camisón, en su regazo. Nacho estaba en el suelo a sus pies, apoyado sobre Luca. Paula estaba frente a ellos, deseando poder dar por terminado aquel interrogatorio.


-¿Y qué ocurrió entonces? -insistió el tío Pedro.


-Que me agarró de la mano y trató de levantarme -dijo la niña-, pero resbalé. El policía venía hacia nosotras, así que Paula tiró de mí y nos metió detrás del perchero de los vestidos para escondidas y... 

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