miércoles, 25 de noviembre de 2020

Mi Destino Eres Tú: Capítulo 14

A las seis en punto todos se abalanzaron hacia la cocina. Paula los miró con ojos cansados. Primero la inspección. Luca trató de esconderse en un rincón junto al lavaplatos, pero sin éxito.


-No permitimos perros en la cocina -declaró el tío Pedro.


-¡Hah! -exclamó Paula- Si no hay perro, no hay comida.


-¿Y qué habría de cena si hubiera perro? -preguntó Nacho vacilante.


-Pizza -contestó Paula-. Pizza casera.


Los dos chicos olieron el aroma que impregnaba el ambiente y miraron a su tío. Este trató de someterlos, pero fue imposible.


-Es un perro muy bueno -dijo Martina en voz baja-. Muy bueno, el rey de los...


-Y tiene pedígrí -la interrumpió Nacho.


-¿Es eso todo? -musitó el tío Pedro sin mirar a nadie en particular.


-Procede de los Mayflower por la rama paterna -juró Paula que, habiendo vendido su alma al diablo, no dudó en abrir la puerta del horno para que el olor se esparciera.


-Con mucho queso -comentó Martina. 


-Y no va a sobrar nada -añadió Paula-. A Luca le encanta la pizza.


-Aceitunas negras, pimiento rojo, champiñones, cebolla...


-No hace falta que pongan tanto énfasis -los interrumpió Pedro-. Está bien, el chucho... -los niños se pusieron a toser bien alto. Luca se puso en pie, se estiró, y se acercó a la mesa-. Es decir, el perro -se corrigió-puede quedarse en la cocina.


Se produjo un suspiro general, y Paula sacó la pizza del horno y la puso sobre la mesa.


-¿Trozos grandes?


-Trozos grandes -convinieron todos.


Paula luchó con el pesado cuchillo de cocina.


-Si fuera de pizzería vendría ya cortada -dijo la niña.


-Pero no sería casera -señaló el tío Pedro-. ¿No puedes cortar más deprisa?


-¿Y trozos más grandes? -añadió Nacho.


-Tenemos que comprar un corta pizzas -suspiró el tío Pedro.


Bien, se dijo Paula, al menos había hecho algo bien ese día. Su madre estaría orgullosa de ella. Segundos más tarde Pedro se inclinó ligeramente en su dirección y dijo:


-Tu madre estaría orgullosa de tí.


-Mi madre siempre está orgullosa de mí -replicó Paula-. ¿Está tu madre orgullosa de tí?


Él dió un enorme mordisco a la pizza y luego, con la boca llena, contestó:


-Tú y yo tenemos que mantener una pequeña conversación, señorita Chaves. En cuando los niños se vayan a la cama.


Aquella parecía una amenaza seria. Quizá fuera mejor abandonar el trabajo. Cinco años de instituto, título de graduada, y todo para trabajar como ama de llaves. Hubiera debido marcharse, no era una fregona.


-Si no puedes con tu pizza yo podría comerme ese... -comenzó a decir Nacho. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario