miércoles, 14 de octubre de 2020

Bailarina: Capítulo 64

 Sintió ganas de reír, pero consiguió mantener una expresión neutra. ¿A quién se le había ocurrido esa idea? Lo mejor era que no reaccionara de ninguna manera, que siguiera caminando para salir de allí cuanto antes. Pero justo al final de la valla había un grupo de periodistas bloqueándole la salida. ¿Cómo conseguiría pasar entre ellos? Justo cuando el pánico se apoderaba de ella vió a un hombre alto con expresión seria. Diego. Nunca se había alegrado tanto de verlo. Él la miraba fijamente, como diciéndole: «Quédate a mi lado y te sacaré de aquí sana y salva». Paula respiró hondo y aceleró el paso. Cuando llegó a su lado, él la rodeó por los hombros y la guió entre la multitud.


—¡Señorita Chaves! Se rumorea que huyó para pasar una semana apasionada con Pedro Alfonso, su amante secreto, en una isla paradisíaca. ¿Es eso cierto?


Los periodistas se callaron un momento para oír su respuesta.


—¿Cómo cree que se lo va a tomar su prometida? —preguntó el periodista.


Paula no dijo nada, pero no fue capaz de contenerse y volvió la cabeza para mirar al hombre. Tenía la boca entreabierta y su mirada mostraba cierto sentimiento de culpa y vulnerabilidad. No hizo falta que dijera nada, su rostro ya había hablado por ella. Los titulares del periódico del día siguiente serían excepcionales.  Permaneció en la cocina de su casa frente a su padre, con la bolsa de viaje a sus pies. Ninguno de los dos había dicho nada en los últimos sesenta segundos. Diego la había sacado del aeropuerto y la había guiado hasta un coche que había enviado la productora del programa al ver qué tipo de recibimiento iba a sufrir ella. Cualquier cosa para mantener contenta a su estrella invitada, y más teniendo en cuenta que su programa podía llegar a ser de máxima audiencia. Sin embargo, el viaje en coche había sido tan corto que no había tenido tiempo de prepararse para ese momento.


—La llegada al aeropuerto ha sido una locura —dijo al fin.


Su padre asintió, mirando un periódico que estaba sobre la mesa. 


—No me sorprende.


Ella dió un paso adelante y se detuvo en seco. ¡Era ella la que aparecía en la portada! ¿Dónde le habían tomado esa foto? Tenía un aspecto horrible y parecía agotada. La bailarina huida podría estar escondida en una isla tropical, decía el titular. Incluso aparecía una foto pequeña en la que salían Pedro y su prometida. Paula pasó la primera página. En el interior había más fotos. Y más comentarios sobre Pedro y ella.


—Los periodistas se enteraron de tu desaparición y no han podido resistirse a sacarle partido —dijo el padre—. Imagino que los rumores de que estás teniendo una aventura con un hombre casado no son ciertos.


Paula negó con la cabeza.


—¡No! Y no está casado. Estaba comprometido, pero… —era demasiado complicado y tampoco serviría de nada—. Lo conocí la semana pasada y no hay nada entre nosotros. 

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