viernes, 1 de mayo de 2020

En Un Instante: Capítulo 64

Como había previsto Pedro, la abrazó por la cintura y Paula, emocionada, sonrió y también la abrazó. Las cuñadas no la secuestraron, pero sí la arrastraron a la cocina y la pusieron a revolver la salsa con la mano sana mientras la interrogaban con sutileza y amabilidad. Le encantaba todo eso. Había conocido a los hermanos de Pedro por separado, pero al ver a los gemelos juntos no habría sabido quién era cada uno si no hubiese sido porque David tenía un niño regordete en brazos. Todos la trataron con cariño y tres horas más tarde, cuando se marcharon después de una comida deliciosa, una conversación divertida y más espíritu navideño, se sentía plenamente integrada en la familia Alfonso.  ¿Cómo podría despedirse de ellos?


 —Ha sido un día fantástico —comentó Abril cuando ya estaban en la camioneta otra vez—. La mejor Navidad de mi vida.

—Ha sido estupenda —él sonrió a su hija—, pero recuerdo que el año pasado dijiste lo mismo.

—Porque cada año es mejor. El año que viene será mejor porque Julián y Luciana vendrán con Franco y Valentina. A lo mejor, Luciana ha tenido un bebé y todo.

 Era posible, aunque él no quería pensar mucho en la posibilidad de que su hermana pequeña fuese madre. Sospechaba algo de Iván y Laura. No habían dicho nada, pero Laura tenía un resplandor inconfundible e Iván no dejaba de mirarla, aunque lo había hecho siempre. Su hermano había querido a su esposa durante casi toda su vida y a él le encantaba verlos felices. Al revés que la familia Alfonso, la preciosa mujer que iba a su lado parecía más silenciosa a cada kilómetro que recorrían.

—Tengo una familia disparatada —comentó él mientras se acercaban a River Bow—. Me temo que pueden llegar a ser un poco apabullantes.

—No. Son maravillosos. Han sido muy amables y acogedores aunque soy una desconocida. Todo ha sido perfecto. Abril tiene razón. Ha sido la mejor Navidad de mi vida.

 Entonces, ¿Por qué parecía triste? Quiso preguntárselo, pero Abril estaba en el asiento de atrás y no le pareció el mejor momento. Si bien parecía que había disfrutado, él también se había dado cuenta de que mantenía una distancia prudencial con su familia. Se había reído y había charlado mientras se guardaba algo para sí misma, como si no quisiera que entraran demasiado en su vida. Aunque eso no había impedido que todos se enamoraran de ella como se había enamorado él. Laura y Brenda lo habían arrinconado en la cocina para sacarle toda la información de ella y para intentar fisgar si había algún idilio entre los dos. Le gustaría creer que había sido escurridizo, pero a juzgar por la expresión de satisfacción de sus cuñadas se temía que no lo había conseguido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario