viernes, 17 de enero de 2020

Destino: Capítulo 70

—No quería hacerte llorar —murmuró él, también con los ojos húmedos.

—Te quiero, Pedro. Te quiero tanto...

Y entonces volvió a besarlo y a abrazarlo con fuerza. Después de unos segundos, Pedro se apartó.

—¿Quieres entrar a ver la casa?

Ella se preguntó si sería una manera sutil de hacerla entrar para hacerle el amor. No sabía si estaba preparada, pero quería ver su casa. Además, confiaba en él y sabía que si le pedía que esperase, no pondría ninguna objeción.

—Sí —le respondió.

Pedro sonrió y la agarró de la mano. La guió hasta el porche y luego entraron al salón, que tenía unas ventanas enormes. La casa tenía cosas en común con el rancho de la familia de él, pero otras eran distintas. Se preguntó cuántas habitaciones tendría y para qué querría un hombre soltero una casa así. Algunas cosas le resultaron familiares. Como la chimenea, los detalles en madera. Pero tuvo que entrar en la cocina para darse cuenta de lo que ocurría.

—Es mi casa —exclamó.

—Nuestra casa —la corrigió él—. ¿Te acuerdas de cuando comprabas revistas de decoración? Empecé a construirla hace seis meses, pero no me he dado cuenta hasta hace muy poco de que la estaba haciendo para tí. ¿Te gusta?

—Me encanta, Pedro. Es perfecta. Más que perfecta.

Él volvió a abrazarla y allí, en la casa que Pedro había construido para ella, Laura se dio cuenta de que el amor no era siempre algo lineal. A veces tenía curvas y baches, pero a pesar de todo el dolor del pasado, Pedro y ella habían vuelto a encontrar su camino juntos. Y en esa ocasión, iba a funcionar.

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