miércoles, 8 de enero de 2020

Destino: Capítulo 46

—¿Y qué quieres decir con eso? —le preguntó en tono beligerante.

Federico frunció el ceño.

—Supongo que sabes lo que estás haciendo, volviendo a sacar los trapos sucios con ella.

«No, pero cuando lo sepa, te lo contaré», pensó él.

—Lo único que he hecho es dar un paseo a caballo con ella y con sus hijos.

Federico guardó silencio durante unos segundos.

—No sé lo que pasó entre vosotros hace diez años, no sé por qué no se casaron, si todos sabíamos que estaban locamente enamorados.

—¿Acaso importa? Eso forma parte del pasado.

—No hace tanto. Diez años. Y te diré, por experiencia propia, que las decisiones que tomamos pueden llegar a perseguirnos toda la vida.

Federico lo sabía porque se había casado con una mujer que no estaba hecha para vivir en un rancho y que había hecho infeliz a todo el que había tenido a su alrededor.

—Teniendo en cuenta tu historial desde entonces —continuó Federico—, apuesto a que fuiste tú quien terminó con ella. No te ví nada dolido cuando se marchó.

«Lo que demuestra que no tienes ni idea», pensó Pedro.

—Fue una decisión mutua —mintió a su hermano una vez más.

—Si mal no recuerdo, estuviste con esa Tamara una semana o dos después de que Paula se marchase. Y con Vanina Gallegos poco después.

—¿Y adónde quieres llegar con eso?

—Que no hace falta que te diga…

—Pero me lo vas a decir de todas maneras.

—Pues sí. Que Paula no es una de esas. Es una chica decente con dos hijos, uno de ellos con problemas. Y que no olvides que ha perdido a su marido hace poco. Lo último que necesita es que te metas en su cabeza y en su corazón ahora que está intentando construirse una vida aquí.

Las palabras de su hermano le calaron hondo. Deseaba a Paula más que a nada en el mundo, pero que la desease no significaba que se la mereciese.  Si quería tener otra oportunidad con ella después de cómo la había tratado, y lo quería, tendría que ganársela. Todavía no sabía cómo iba a hacerlo. Solo sabía que iba a esforzarse en convertirse en la clase de hombre que tenía que haber sido diez años antes.

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