La organizadora de fiestas Paula Chaves había decidido que si quería ser alguna vez la protagonista de una de las bodas que organizaba, tenía que ponerse manos a la obra. Seguramente sus amigos podrían concertarle unas cuantas citas a ciegas. Y así fue como conoció a Pedro Alfonso. Era guapo, rico... El marido perfecto. Ahora sólo le faltaba que accediera.
-¡Me voy a casar!
Ahora sólo me falta un novio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario