miércoles, 14 de febrero de 2024

El Elegido: Capítulo 18

 -Es encantador, Paula.


-Pues claro. Si no tú no te hubieras casado con él. 


-Me refería a Pedro, y lo sabes.


-Bueno, el jurado aún está deliberando -contestó Paula que no pensaba que encantador fuera la palabra más adecuada para describirlo.


-Prométeme que le darás una oportunidad.


-Claro, cielo, por tí, cualquier cosa -dijo Paula. «Ni lo sueñes».


-Buenas noches.


Paula besó a su amiga en la mejilla y bajó. Escuchó a los dos hombres hablando al pie de la escalera. Se detuvo a medio camino, el corazón acelerado, temerosa de que pudieran oír los latidos.


-Dale una oportunidad -oyó que decía Pablo. 


El comentario la hizo sonreír al recordarle lo parecidos que eran Macarena y Pablo pero la sonrisa se esfumó al oír la respuesta de Jacob.


-Dame un respiro, Pablo, sólo hace dos días que he vuelto y aún no tengo ni siquiera asistenta. Además, no tengo ni idea del tiempo que voy a quedarme esta vez y ya sabes lo que opino del matrimonio. ¿En qué estabas pensando?


¡Allí estaba la prueba! En el mismo instante en que chocaron en la calle Paula lo había visto. Había sentido que aquel hombre era el ejemplo del hombre inaccesible, la antítesis del compromiso que representaba Pablo. Su teoría seguía cumpliéndose.


-A menos claro que se le dé bien limpiar el polvo...


-Me parece que eso no será posible. Nuestra Paula es como una princesa.


Pablo siempre bromeaba con que ella no diferenciaba entre una fregona y un cepillo de barrer, pero no era necesario que se lo fuera contando a un extraño. Estaba claro que su idea había sido un fracaso. Bueno, ya le diría después lo que tenía que decir de ella a los posibles candidatos. Y con la idea en la cabeza continuó bajando la escalera haciendo ruido para asegurarse de que se percataran de su presencia.


-Gracias por esta fantástica velada, Pablito -dijo al llegar a ellos.


Pedro la ayudó a ponerse el abrigo y después ella se puso la bufanda y sacó los guantes mirando a Pablo con cara de pocos amigos. Había dejado de llover pero el suelo estaba muy húmedo y Paula no tuvo más remedio que aceptar el brazo de Pedro para no resbalar.


-Gracias -le dijo al llegar a su coche.


-Un placer -dijo él metiendo las manos en los bolsillos.


-Oye -dijeron ambos a la vez y Jacob hizo un gesto para que Paula hablara primero.


-No es muy probable que vayamos a encontrarnos muy a menudo, así que creo que es mejor fingir que no nos conocemos.


-Sí, no hay problema -dijo él.


Paula había esperado un poco más de lucha, un «Si tú lo dices» o al menos «Si insistes», pero sólo dijo que no había problema. Se preguntó si era una mujer tan fácil de olvidar.


-No importa lo que te haya dicho Pablo, y no es que me importe tu opinión, pero no soy una princesa -dijo Paula que se sentía muy molesta por la actitud del hombre.


Pedro se rió con ganas del comentario y Paula se quedó muy sorprendida y silenciosa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario