viernes, 23 de febrero de 2024

El Elegido: Capítulo 36

 -Siempre y cuando no tenga que ayudar a Luciana a elegir entre candelabros de bronce o de peltre.


-Peltre -dijo Paula automáticamente sin dejar de garabatear la avalancha de ideas que llenaban su cabeza.


-Eso es lo que ella eligió. Ustedes dos están hechas la una para la otra.


-Creo que entre una fiesta y que te quedes para siempre, ella preferiría lo segundo -dijo Paula sin pensar.


-¿De veras? -dijo él con voz tenue al otro lado. La insinuación de Paula había quedado clara. 


-Pregúntaselo, Pedro -dijo ella fingiendo que la pregunta no tenía doble sentido-, y ya verás lo que dice. 


- Estoy seguro de que tienes razón -contestó él con su tono de voz habitual-. Supongo que tendré que esperar a tener noticias de Luciana para saber cómo va todo. 


-Te lo agradecería. Y ¿Pedro?


 -Sí, Paula.


-Gracias.


-No me lo agradezcas todavía -le advirtió antes de colgar.


Paula colgó el teléfono lentamente. Lara miraba expectante desde el otro lado de la puerta acristalada. Ella le hizo señas para que entrara.


-¿Y? -preguntó con los ojos relucientes.


-Puede que en breve salgamos en el periódico como la empresa organizadora que ha obtenido el contrato de Alfonso.


-¡Viva! -dijo Lara dando brincos y se sentó en la silla de antes, olvidando momentáneamente los tejidos.


-No tenías planes para las próximas dos semanas, ¿Verdad? - preguntó Paula.


-Todo puede esperar -contestó ella.


-Cuanto antes solucionemos los otros proyectos, antes podremos ocuparnos de Pedro Alfonso.


-Querrás decir de Alfonso...


-Pues claro -dijo ésta cambiando a continuación de tema-. Y ahora ponte de pie en la silla para que podamos terminar con esas telas antes de la comida. Algunos días me siento terriblemente infravalorada.


-No puedo creer que hayas hecho algo así -dijo Pablo desde la puerta del despacho de Pedro.


Pedro sabía por la expresión de Pablo que había escuchado lo suficiente.


-Pues créetelo, Paula. El tema de la organización se me está empezando a ir de las manos y estoy considerando la posibilidad de delegar parte para tener algo más de tiempo.


-Es la primera noticia que tengo.


-No tenías necesidad de saberlo antes, por eso la empresa lleva mi nombre y no el tuyo.


Pablo entró en la habitación y se tumbó en el sofá que había junto a la pared más alejada de la habitación. Se puso a hojear con gesto despreocupado una revista que Jacob tenía en la mesa de centro.


-No ha salido con nadie este fin de semana, sabes.


Tenía un par de posibles citas para ella, incluido el nuevo de Administración y Finanzas, Daniel Riley, el que trató de ligar con ella en el canódromo. Pero ella no quiso.

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