miércoles, 7 de febrero de 2024

El Elegido: Capítulo 5

Paula se excusó varias veces hasta llegar a su asiento. Era muy excitante estar rodeada de tantos hombres jóvenes vestidos de gala para la ocasión. Se sentó y miró a Pablo. Iba a preguntarle qué había allí en el centro de la sala tras las cortinas de terciopelo pero no llegó a hacerlo. En ese momento, las cortinas empezaron a levantarse lentamente y ante sus ojos apareció... ¡Un ring de boxeo! Pablo hablaba con un par de colegas sentados en la fila de delante. A todos les brillaban los ojos de la emoción. Paula le tiró de la manga.


-Ahí delante hay un ring de boxeo.


-Sí, y ahí es donde los boxeadores pelean en vez de hacerlo entre el público.


-Pero yo pensé que... Pensé que era una reunión de negocios. Pensé que nos sentaríamos, cenaríamos y me presentarías a alguno de tus apuestos y elegantes colegas.


-Bueno, estamos sentados. Estamos comiendo -dijo Pablo con la boca llena de nueces que había tomado de una bandeja en un descuido del camarero-. Y éstos son Mariano y Javier.


Los hombres de mediana edad sentados en la fila de delante sonrieron educadamente. A Pablo dejaron de brillarle los ojos cuando Paula lo tomó por las solapas del esmoquin y le dijo apretando los dientes:


-Pero esto no es lo que tenía en mente.


-Relájate y disfruta.


Paula alzó las cejas, frunció los labios y cruzó los brazos en señal de lo mucho que estaba disfrutando de la velada.


-Me sorprende que una empresa como Alfonso Holdings fomente algo tan primitivo y políticamente incorrecto.


-Todo el personal de Alfonso, desde los directivos a los administrativos, se reúnen en clubes como éste y pasan veladas como ésta. Al ver lo que estos hombres tienen que hacer para ganarse la vida parece que las pequeñas rencillas surgidas en la oficina no tienen ninguna importancia. Y tú mejor que nadie deberías saber que si un truco funciona no hay que renunciar a él,


-No es sólo un truco, Pablo, anima a la gente a usar sus puños para solucionar sus diferencias. ¿Quién tuvo esta idea?


-Alf, por supuesto -replicó Pablo con una sonrisa-. Siempre inspirado.


-Pues a mí me parece un matón -murmuró Paula. 


-Hace diez minutos pensabas que era un hombre ingenioso.


-Hace diez minutos estaba equivocada.


Paula se alegró de que el jefe de Pablo no estuviera allí. De haber sido así le habría dicho lo que pensaba de aquella velada, tuviera o no la tensión alta. El ruido del público aumentó cuando el presentador vestido de gala saltó al ring y un micrófono descendió hasta él. La multitud se puso en pie y Paula con ellos aunque salió huyendo de allí. Una vez en el aseo de señoras se sentó en una otomana de terciopelo rosa. Tenía los ojos cerrados mientras pensaba en la forma de vengarse de Pablo cuando de pronto se abrió la puerta. Abrió los ojos con la esperanza de que fuera otra mujer que pensara lo mismo de aquella salvajada pero la persona que estaba frente a ella era lo menos femenino que había visto nunca.

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