viernes, 2 de septiembre de 2022

Un Gran Equipo: Capítulo 27

Thiago apretó el brazo de Paula con tal fuerza que pensó que le había hecho un hematoma.


–¿Puede sentarse con nosotros, por favor?


A Paula se le encogió el corazón. Por un lado, imaginaba que el niño necesitaba una figura paterna, pero por otro… ¿No era peligroso dejar que se encariñase con Pedro? «Cálmate, solo serán unas horas».


–Pues claro que sí.


–Estupendo. Guárdame el asiento, vuelvo enseguida.


–Pero no se te ocurra volver con un perrito gigante para el niño.


–Ni se me ocurriría –respondió él, poniendo cara de inocente.


El niño en cuestión había visto a Magalí y se dirigía directamente hacia ella, probablemente para pedirle una chocolatina, pero Paula aprovechó la oportunidad para plegar el cochecito de Isabella.


–Es muy mona –comentó Pilar.


–Gracias.


¿Cuándo le había dicho Pilar Harrington algo agradable? Sin embargo, parecía sincera.


–Puede que te hayas dado cuenta de que a mí solo me interesa mi carrera, Paula.


–Lo sé.


–Y me gusta que sea así, pero a veces me pregunto si eso significa renunciar a esto otro –Pilar señaló a Isabella.


Diantres, Pilar Harrington tenía un lado humano. Paula sonrió.


–Si hay algo que sé sobre tí es que luchas por lo que quieres. Y si algún día decides ser madre, encontrarás la manera de conseguirlo.


Pilar sonrió, con gesto agradecido.


–Eso espero. Después de todo, si tú puedes trabajar y cuidar a los dos niños…


Bueno, un lado parcialmente humano. Una risita juvenil llamó entonces su atención. Una rubia de largas piernas y risa infantil estaba sentada al lado de Adrián Jenner… O más bien pegada a él. Paula se quedó helada.


–Esa no es la señora Jenner a la que conocí en la fiesta de Navidad.


–¿No sabes que lo ha dejado? –murmuró Pilar–. Y la entiendo porque Adrián es un mujeriego. Lo ha intentado con todas las chicas de la empresa, incluida tú.


¿Con ella? Sin saber si Pilar hablaba en serio, y para no quedar como una tonta, Paula no respondió. Pero intentó recordar algunos de sus encuentros con Jenner. Tras la muerte de su hermano, Adrián había sido muy amable con ella… Demasiado amable tal vez, pensó al recordar que solía abrazarla. El canalla se había aprovechado de su dolor para intentar seducirla. ¡Hombres! Claro que no todos los hombres eran así. Pedro Alfonso, por ejemplo, era un orgullo para su género y en aquel momento volvía con una bandeja llena de refrescos.

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