miércoles, 14 de septiembre de 2022

Un Gran Equipo: Capítulo 53

Una hora después fruncía el ceño, sorprendido. Alguien había borrado una comunicación que no quería que viese nadie… Y se había hecho desde el ordenador de Paula. Se apartó del escritorio, como para poner distancia entre la evidencia y él. No, no podía ser verdad. Sabía sin la menor duda que Paula no era la persona que estaba traicionando a Daughtrie. Seguramente, ella tendría una explicación para haberlo borrado y se lo contaría cuando le preguntase. O tal vez alguien le estaba tendiendo una trampa, pensó entonces. ¿Alguien se habría asustado porque temía que él estuviera acercándose? ¿O habría utilizado la idea que la propia Paula mencionó en la primera reunión: Hacer que las sospechas recayeran sobre otra persona? Más que nunca, desearía contarle a Paula lo que estaba haciendo allí, pero Javier le había pedido confidencialidad. Daughtrie quería encontrar al culpable cuanto antes para despedirlo, como un ejemplo para los demás empleados, y Pedro quería hacerlo por orgullo profesional, pero sus motivos en aquel momento eran más profundos. Alguien estaba poniendo en peligro el puesto de trabajo de Paula. Pero él no iba a dejar que eso pasara.


–¿Ocurre algo? –era la tercera vez que lo preguntaba desde que se sentaron en la pizzería, al día siguiente, para comer. Y, por tercera vez, Pedro negó que le pasara nada.


–Estoy bien, preocupado por cosas del trabajo, nada más.


–¿Seguro?


–Estoy hambriento –murmuró, sin mirarla–. ¿Dónde está la pizza?


Era desconcertante no creer a alguien en quien confiaba por completo, pensó Paula. Seguramente sería una cosa de hombres, se dijo. A los hombres no les gustaba hablar de sentimientos, y tendría que aceptar que, fuera lo que fuera, se lo contaría cuando quisiera hacerlo. De modo que cambió de tema, buscando algo que no lo hiciera sentir como si estuviera interrogándolo.


–¿Qué tal está tu madre?


La expresión de Pedro se animó de inmediato.


–Muy bien. Deseando conocerte, por cierto –respondió–. Cuando tú quieras, naturalmente –añadió, como si temiera que fuera a negarse.


Paula sonrió.


–Nos veremos pronto, seguro.


La camarera llegó con la pizza y Pedro sirvió las porciones, pero luego se quedó mirando la suya, sin tocarla, a pesar de haber dicho que tenía hambre.


–Paula, tengo que hacerte una pregunta rápida –dijo, después de aclararse la garganta–. He encontrado una anomalía en el sistema. ¿Tú has borrado algo últimamente?

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