lunes, 5 de septiembre de 2022

Un Gran Equipo: Capítulo 32

Tal vez sentía de otra forma. No estaba en su despacho, pero la encontró en la cocina, tomando un café de espaldas a la puerta.


–Buenos días.


Ella dió un respingo al escuchar su voz.


–Buenos días, Pedro.


Le gustaría abrazarla, pero no podía hacerlo.


–Quería hablar contigo…


Que Paula diese un paso atrás dejaba claro que no sentían lo mismo y Pedro intentó disimular su decepción.


–Veo que no estás muy contenta por lo de ayer.


–Lo dirás de broma. Ayer fue un día fantástico –respondió Paula–. Thiago lo pasó en grande. Fue hablando de ello en el coche y ha seguido hablando durante el desayuno. Tú me ayudaste muchísimo… Y ganamos el partido.


–Paula…


Ella dejó escapar un suspiro.


–Nunca he tenido una relación con un compañero de trabajo y, además, no tenemos la misma categoría profesional.


–¿Lamentas que te besara?


El brillo de sus ojos fue la respuesta que Pedro necesitaba. Le había gustado el beso y al menos una parte de ella quería repetirlo. «Atrévete», le decía una vocecita. Él parpadeó. No iba a seducirla en la oficina. ¿Desde cuándo tenía ese tipo de pensamientos?


–Lo último que quiero es que te sientas incómoda conmigo.


–No tienes que disculparte –dijo ella, con una sonrisa tímida–. Al fin y al cabo, te devolví el beso.


–No lo he olvidado, te lo aseguro. He pensado en ello toda la noche –admitió Pedro.


Paula se ruborizó, pero no apartó la mirada.


–Yo también.


–¿Debo recordarte que solo trabajaremos juntos durante unos meses?


–Soy la tutora de Thiago e Isabella –le recordó ella.


–Y a mí me gustan los niños. No soy de los que salen corriendo al saber que una mujer tiene hijos.


–Thiago está loco por tí y… Bueno, el pobre lo ha pasado muy mal. Aunque nunca se llevó bien con Santiago, yo salía con él desde que Thiago estaba en preescolar y solía acudir a todos los cumpleaños. No eran amigos, pero sí una constante en su vida… Ha perdido a sus padres, a sus amigos, su colegio –Paula suspiró–. No sé si debo dejar que se encariñe contigo. Si saliéramos juntos y rompiéramos después, habría vuelto a perder a alguien.


Pedro aceptaba que las cosas podrían salir mal entre ellos, pero le parecía un poco absurdo temer que le hiciese daño al niño cuando ni siquiera eran una pareja. Pero tal vez después de conocerse mejor, una relación seria sería más plausible. No había tenido éxito profesional rindiéndose a la primera y lo único que necesitaba era tiempo.

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