lunes, 5 de septiembre de 2022

Un Gran Equipo: Capítulo 35

 –Has estado en cientos de partidos y sabes lo que es. La cámara enfoca al público y las parejas tienen que besarse.


–¿Pedro y tú…? –exclamó Florencia.


–Vas a despertar a los niños.


–Lo siento, no quería gritar. ¿Pero me estás diciendo que Pedro Alfonso te ha besado?


–Sí, pero no fue nada del otro mundo. Es que la cámara nos enfocó y… Bueno, ya sabes.


«Mentirosa». Su amiga enarcó una ceja.


–¿Te besó en la mejilla?


«No, me dió un beso en los labios y olvidé que había miles de personas mirando, incluyendo mi sobrino y mi jefe». Paula sintió que le ardía la cara y eso fue más que suficiente para Florencia.


–¡Paula Chaves! ¿Y no me llamaste anoche para contarme todos los detalles? Bueno, da igual, imagino que estarías en el séptimo cielo… Ahora entiendo que Thiago piense que son novios. Pero ¿Por qué cree que Pedro va a ir a verlo jugar al fútbol?


–Porque se lo pidió y Pedro dijo que sí.


Florencia se mostró impresionada.


–Es un buen tipo.


–Sí, lo es –asintió Paula. 


Y eso que no le había contado que quería ayudar a Thiago a superar su fobia al agua y sus pesadillas. Pero aunque iban a estar juntos el sábado, sería solo para ayudar a su sobrino. No era una cita romántica. Paula se aclaró la garganta.


–Pedro y yo hemos hablado hoy en la oficina y entiende que mantener una relación no es mi prioridad ahora mismo. Tengo a los niños y…


–Tu hermano te adoraba y hubiese querido que fueras feliz –lo interrumpió Florencia–. Como lo era él con Ludmila. Entiendo que quieras dar ejemplo, pero no creo que Diego hubiera querido que vivieras sola para siempre. Hay muchas mamás solteras en el mundo y algunas de ellas salen con hombres.


–No estoy diciendo que nunca vaya a salir con nadie, pero solo ha pasado un mes. Thiago sigue sufriendo y sería muy fácil para él encariñarse con Pedro… Además, no sé qué hacer.


–¿Por qué?


–Tengo que trabajar, ir a las reuniones de padres de alumnos, entrenar a los niños, llevar a mis sobrinos al pediatra… No tengo tiempo ni energía para una relación.


Florencia se mordió los labios.


–No estoy de acuerdo.


–Ah, qué sorpresa.


–No pienses en un hombre como una responsabilidad más, sino como alguien que podría ayudarte con tus nuevas responsabilidades – sugirió su amiga–. Es asombroso lo que un buen orgasmo alivia el estrés.


–No pienso acostarme con un hombre teniendo a los niños al otro lado del pasillo. ¡Y menos con un hombre al que he conocido hace una semana! –exclamó Paula, que pensó de inmediato: «Por tentador que suene»–. No hay más vino para tí.


–¿No me vas a dar más vino? Pero si solo he tomado media copa…


–Se te ocurren ideas demasiado raras, así que no.


–Primero, los detalles del beso, luego tus reservas sobre el alcohol. ¿Qué más me has escondido sobre tí?


Se enteraría tarde o temprano, pensó Paula.


–No te he contado que Pedro y yo vamos a vernos este sábado.


–¿Pedro y tú juntos? ¿El hombre con el que no estás saliendo?


–Un cliente suyo tiene un barco y Pedro cree que montar en barco podría ser terapéutico para Thiago. Yo no lo hubiera intentado sola, pero tal vez tenga razón, ¿No crees? La presencia de Pedro podría tranquilizarlo… El niño estará contento de hacer algo con su nuevo amigo, un hombre ante quien puede hacerse el valiente. Es un favor, no una cita, algo así como el programa Hermano mayor. Es por mi sobrino, aunque aún no se lo he dicho.


–¿Vas a pasar el sábado con uno de los solteros mas cotizados de Houston y de verdad crees que es por Thiago?


Paula tragó saliva.


–¿Más vino?


En el trabajo, Pedro y Paula idearon una estrategia para convencer a Thiago de que subiera al barco. Ella creía que si se lo contaban de antemano el niño tendría pesadillas durante toda la semana y decidieron hacerlo casi en el último momento. Si Thiago se negaba no habría manera de convencerlo, pero esperaba que no fuera así.


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