miércoles, 21 de septiembre de 2022

Un Gran Equipo: Capítulo 70

 –Dijiste que tenía hasta el viernes para investigar.


–He cambiado de opinión. Al fin y al cabo, es mi empresa y no estoy dispuesto a perder más dinero.


–Me gustaría hacerte una oferta: Dame hasta el viernes y te devolveré el dinero que me has pagado hasta ahora –Pedro vió un brillo de avaricia en sus ojos. Después de todo, su factura era abultada y, con tantas pérdidas, Javier empezaba a estar interesado–. Tal vez no encuentre nada –siguió– y en ese caso nada cambiará, salvo que tú recuperarás ese dinero. ¿Pero y si Paula no estaba detrás de esto? Eso significaría que tienes al ladrón trabajando en tu empresa, riéndose de tí. ¿No te gustaría ponerlo de patitas en la calle?


Javier lo pensó un momento.


–Muy bien, hasta el viernes entonces –aceptó–. Pero hay que activar los nuevos protocolos de seguridad ahora mismo. No vamos a darle a nadie la oportunidad de volver a robarme.


Como no podía darle las gracias al hombre que había despedido a Paula, Pedro asintió con la cabeza antes de salir del despacho. «Paula, yo arreglaré esto, te lo juro».




Con Thiago en el colegio e Isabella en la guardería, Paula estaba en casa, en pijama, intentando aprovechar ese momento de tranquilidad para lidiar con su problema. Quería gritar y llorar como hacía Isabella cuando estaba cansada. Quería gritar y patalear como la niña, pero desde que salió del garaje de la oficina, mirando a Pedro por el espejo retrovisor, no había sido capaz de derramar una sola lágrima. Que te echasen del trabajo, perder a un pariente que llevaba algún tiempo enfermo o romper una relación que había dejado de funcionar eran situaciones que provocaban un gran dolor. Pero aquel dolor inesperado, aquella agonía... perder a Diego y a Ludmila. Perder a Pedro. Era insoportable. Apretó con fuerza el teléfono mientras llamaba a Florencia, pero saltó el buzón de voz por segunda vez, y aquello no era algo que pudiese contar en un mensaje. ¿Cómo iba a hacerlo? «¿Recuerdas a ese hombre del que estaba enamorada y con el que tú me aconsejaste salir? Pues ha hecho que me despidieran». Aunque ni por un segundo culpaba a Florencia por lo que había pasado. Todo el mundo pensaba que Pedro era maravilloso… Thiago, incluso Isabella, cuyo rostro se iluminaba cada vez que lo veía. Por supuesto, Isabella no entendía conceptos como la mentira o la traición. Paula no se dió cuenta de la fuerza con la que apretaba el teléfono hasta que el compartimento de la batería cayó al suelo.

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