miércoles, 21 de septiembre de 2022

Un Gran Equipo: Capítulo 68

 –¡Tú! –exclamó, señalando a Pilar–. ¿Qué ha pasado aquí?


–Javier la ha despedido –respondió la morena, con tono helado.


–Gracias a tí, aparentemente –añadió Magalí.


Paula debía de odiarlo, pensó. ¿Cómo había podido Javier despedirla sin hablar antes con él? Le había explicado… Pero si bajaba por la escalera tal vez llegaría al garaje antes de que ella se hubiera ido… Pedro se lanzó de cabeza escaleras abajo y tuvo suerte de no partirse el cuello. Aunque seguramente eso no sería más doloroso que la acusación que había visto en los ojos de Paula. La puerta de metal se abrió con un estruendo que reverberó por el todo el garaje. Y Paula seguía allí, al lado de su coche.


–¡Espera! No es lo que tú crees… –Pedro corrió hacia ella.


–¿Ah, no?


–No.


–Hace menos de cuarenta y ocho horas le dije a un hombre que lo quería y luego pasamos juntos el sábado y el domingo por la mañana…


–Por favor, escúchame. No sé qué te ha dicho Javier, pero no es verdad.


Ella dejó la caja con sus objetos personales sobre el capó del coche.


–Me ha dicho que te contrató porque hay alguien robando información y vendiéndola a una empresa rival. ¿Es cierto?


–Eso es verdad, pero…


–Y que durante todo este tiempo tú has estado intentando encontrar al responsable y tenías instrucciones de «Conocernos mejor».


Pedro apretó los puños.


–Eso no tiene nada que ver con nosotros…


–¿Ah, no? Porque creo recordar que me hacías preguntas sobre los demás compañeros. Aunque, considerando lo poco que te he contado, no entiendo por qué no me dejaste de inmediato para salir con Pilar, por ejemplo.


–Maldita sea, Paula, para de una vez. No es eso. Tú sabes que no es eso.


–Javier me ha dicho que tienes pruebas contra mí.


–Dijo que tenía hasta el viernes y yo…


–¿Pensabas seguir conmigo hasta el viernes? –sacudiendo la cabeza, ella abrió la puerta trasera del coche para meter la caja.


–Escúchame, por favor. Te prometo que…


–¿Qué? ¿Que no lo lamentaré? Te he escuchado, Pedro, y mira dónde estoy. Sin trabajo. ¿Y sabes una cosa? Florencia y tú hablan de Santiago como si fuera un sinvergüenza, pero al menos él fue sincero conmigo. Tú me has mentido. Sabías que no quería tener una relación, pero insististe para sacarme información…


–No es eso.


–¿Ah, no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario