miércoles, 24 de noviembre de 2021

Tuyo Es Mi Corazón: Capítulo 60

 –Pero los obsesos no son sexys.


–En eso te equivocas. Alfonso es un hombre soltero que acaba de hacerse rico. Eso es mucho más que sexy. Es un auténtico cuento de hadas – la miró muy seria–. Y ahora, Paula, quiero que lo llames y le hagas una entrevista ¿Comprendido?


–Sí –contestó ella con un hilo de voz.


–Estupendo. Tengo muchas esperanzas puestas en tí –arrastró su silla hacia atrás y miró a Paula con una enorme sonrisa–. Para serte sincera, no me hizo mucha gracia que empezaras a trabajar para nosotros. No me gustan los aficionados, y mucho menos las niñas ricas. Pero ahora me gusta tu trabajo.


–Gracias –contestó Paula, entre complacida e indignada.


–Tienes intuición. Sabías que no tenías experiencia, pero has conseguido labrártela tú sola. Tus primeros artículos eran fríos. Pero trabajas duro y has conseguido estar al tanto de todo lo que ocurre en la ciudad.


–En ese caso –dijo Paula fríamente–, ¿Por qué perder el tiempo con una sección como el «Millonario de Mes»? Eso podría hacerlo cualquiera.


–No tientes a la suerte. ¿Quieres un trabajo fijo o no? El mes que viene acaba tu contrato, ¿Verdad?


Paula se puso inmediatamente alerta.


–Un trabajo fijo. ¿Aquí?


–Probablemente en Londres.


–¿Eso quiere decir que o hago esa entrevista o perderé la oportunidad de conseguir ese trabajo? –interpretó Paula.


–Lo que quiere decir es que, o haces bien esa entrevista o te quedas sin trabajo.


Paula no llamó a Pedro. Ni siquiera le envió un correo electrónico. Llamó a Ivana explicándole la idea de Caruso. La hizo sonar lo más cursi y amarillista que pudo. Nadie, pensó, le aconsejaría a su cliente que concediera una entrevista como aquella. Y mucho menos Ivana, que valoraba la dignidad tanto como la intimidad. Pero su hermana no cumplió con su deber.


–Estupendo –contestó–. Hablaré con él.


Paula se habría puesto a saltar de frustración. Pero eso no fue nada comparado con lo que sintió cuando, al llegar al día siguiente al trabajo, se encontró un mensaje del departamento de dirección de Watifdotcom. "El señor Alfonso estará en Nueva York la semana que viene. Llamará a Elegance Magazine el martes o el miércoles". Estaba furiosa. Aquella imprecisión significaba que no podría separarse ni un minuto de su teléfono móvil. Pero, se prometió a sí misma, no pensaba permitir que la próxima llegada de Pedro interfiriese en su vida privada. No iba a quedarse en casa sentada, esperando su llamada. Pensaba salir y divertirse. Y, pasara lo que pasara, conseguiría llegar al martes con su cordura intacta. 

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