miércoles, 10 de noviembre de 2021

Tuyo Es Mi Corazón: Capítulo 29

 –Tú y tus fiestas –dijo Ivana con cariño–. Diana ha dicho que ha llamado la mitad del condado a casa para saber si ibas a quedarte.


–Me voy el domingo. Tengo un trabajo en el que pensar. Y ahora, enséñame el vestido. Y te lo advierto, cualquier insinuación de cursilería y me largo.


Pero era un hermoso vestido de seda, con un remate de color turquesa en el cuello y las mangas bordadas en oro.


–Es precioso –dijo Paula, volviéndose para mirar su imagen en el espejo–. Y ahora, veamos el tuyo.


Ivana iba a llevar también un vestido suelto, aunque el suyo era de color crema y con un brocado de perlas.


–Increíble –dijo Paula sin envidia–. Es ideal para tí. ¿Cuándo comenzó tu pasión por los vestidos orientales?


Ivana se mordió el labio.


–Precisamente, de eso quería hablarte.


Paula la miró alarmada.


–Ivana, estoy dispuesta a hacer lo que quieras, pero esperaba que esta fuera una boda inglesa estándar.


–No, no –dijo Ivana divertida–. Será una clásica boda inglesa. Pero hemos tenido que ser flexibles a la hora de tomar las medidas. De hecho, hay algo que creo que debería decirte.


Pero en ese momento sonó el teléfono. Ivana contestó y mantuvo una breve conversación. En cuanto colgó, volvió a sonar. Y así continuó durante casi una hora.


–Lo siento –le dijo a su hermana, interrumpiendo su última conversación–. Pedro está a punto de realizar un importante lanzamiento. Ha estado intentando mantener el secreto. Quería anunciarlo para finales de abril. Pero parece que todo se nos está yendo de las manos.


–¿Ah sí? –Paula no podía parecer más aburrida.


–Probablemente tenga que convocar una conferencia de prensa. Algo que él odia.


–¿No le gusta la publicidad?


–No le gusta hacer nada hasta que no se siente perfectamente preparado.


¿Ah, no?, pensó Paula. La voz volvió a susurrarle al oído: «Déjame subir a tu departamento».


–Qué aburrido.


–En realidad es un hombre adorable, pero reconozco que no es tu tipo – admitió Ivana. Y continuó con su conversación telefónica.


Paula tomó unas revistas y se puso a hojearlas. ¿Que no era su tipo? ¿Por qué?, se preguntó enfadada. Aunque no sabía el motivo de su irritación, y eso la enfadaba todavía más. Cuando Ivana terminó por fin de hablar por teléfono, ella dejó la revista a un lado y se levantó.


–Debería irme a casa.


–¿Por qué tan pronto? Todavía no hemos podido hablar.


–Ni parece que vayamos a tener muchas posibilidades de hacerlo.


–Estando yo metida hasta las cejas en la conferencia de prensa de Pedro, quieres decir –respondió Ivana, agobiada–. Lo siento, de verdad. No podría haber ocurrido en un momento peor.


-No te preocupes. Ya nos veremos más tarde.


Ivana la miró todavía más agobiada.


–No creo que podamos. Los padres de Manuel están en la ciudad y estamos intentando conocernos. Porque supongo que no te apetecerá venir a una cena familiar esta noche, ¿Verdad?


–No –contestó Paula, horrorizada.


–No, claro.


Sonó el teléfono.


–Contesta –dijo Paula, tomando su bolso y el elegante vestido de dama de honor–. Ya tendremos oportunidad de hablar en otro momento.


Y salió del departamento dejando a Ivana hablando por teléfono. Se sentía muy extraña. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario