viernes, 12 de noviembre de 2021

Tuyo Es Mi Corazón: Capítulo 35

 –No hemos dicho nada por supuesto, y estoy segura de que Ivana no lo sabe, pero durante una temporada estuvimos pensando que quizá no habría boda.


Aquello sacó a Paula de su ensimismamiento. Se volvió sorprendida hacia su madre.


–Dime ahora mismo a qué te refieres.


–Él no ha dicho nada, por supuesto. Y es posible que esté equivocada.


–¿De qué estás hablando?


Pedro estaba ya en el camino del jardín. 


–A tu padre y a mí nos pareció que estaba un poco afectado por la boda de Ivana. No vino a la fiesta de compromiso.


Paula estuvo a punto de decir que ya lo sabía. Si hubiera ido, lo habría reconocido al encontrarse con él en Nueva York. Pero no dijo nada. Estabas demasiado estupefacta.


–¿Pedro Alfonso está enamorado de Ivana?


En ese momento sonó el timbre.


–Oh, yo no iría tan lejos –contestó Diana, nerviosa–. Se comenta que él siempre mantiene a las mujeres a distancia. Pero con Ivana no lo ha hecho. Alguna gente dice… Bueno, eso ahora no importa. ¿Quieres abrir la puerta, cariño? Voy a buscar el velo al piso de arriba.


Paula corrió tras ella.


–¿Quién, mamá? ¿Quién lo dice?


Pero Diana ya estaba subiendo las escaleras y el timbre de la puerta había vuelto a sonar. Paula renunció y abrió la puerta. Pedro le sonrió.


–¿Estás lista? –fue lo único que dijo.


–Sí, ya estoy preparada. A mi madre le gustaría que nos lleváramos algunas cosas. Pero si no tienes sitio, podemos dejarlas.


–Claro que hay sitio.


Señaló al coche. Paula lo miró. Vió una limusina negra enorme.


–Ya veo. Te gusta viajar con estilo, ¿Eh?


Pedro rió suavemente.


–¿Por qué me habrá parecido un insulto? No, normalmente no viajo en limusina. Pero he pensado que probablemente traerías una montaña de bolsas que no cabrían en mi coche. Así que he alquilado este.


Paula se mordió el labio.


–Siempre previéndolo todo. Estoy impresionada. ¿Quieres entrar o nos vamos ya?


–Cuanto antes mejor.


¿Eso querría decir que no quería hablar con Diana? ¿Que había detectado que ella conocía su secreto? Pero Diana bajó en ese momento balanceando la enorme caja del velo y Pedro la saludó sin ningún signo de incomodidad.


–Pedor, me alegro tanto de que lleves a Paula… –le dió un cariñoso abrazo–. Me gustaría poder ofrecerte que te alojaras con nosotros, pero la casa está llena.


–No te preocupes. Esa noche la pasaré en vela, participando en la despedida de soltero.


Diana se echó a reír mientras lo observaba marcharse.


–No dejes que le gasten a Manuel ninguna de esas bromas horribles.


–Haré lo que pueda.


Metió la caja del velo en el coche. Paula lo siguió con más cajas y con su bolsa de viaje. Pedro lo guardó todo con una precisión milimétrica.


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