viernes, 29 de septiembre de 2023

Aventura: Capítulo 34

 –Me alegro. ¿Cómo es?


–Precioso. Di un paseo, saqué unas cuantas fotografías y hasta me metí en una propiedad privada. Lo típico –respondió en tono de broma.


–Vaya. No me digas que te persiguió un campesino peludo y armado con una escopeta…


Paula rió.


–No, ni era un campesino ni era peludo ni iba armado con una escopeta. Aunque al principio desconfiaba de mí porque pensó que yo era una paparazzi que se había escabullido en su propiedad –explicó– . Por suerte, cambió de opinión cuando vió que no llevaba más cámara que la del teléfono móvil.


–Dios mío, ¿Una paparazzi? ¿Dónde has terminado? ¿En el nido de amor de algún personaje famoso?


–En la casa del primo de una famosa. Isabella Alfonso.


Pilar soltó un silbido de admiración.


–¿En serio? Adrián está loco por esa actriz…


–Pues eso no es todo. Cuando el dueño de la casa se dió cuenta de que yo sólo era una profesora loca que había salido de excursión y se había metido donde no la llamaban, se apiadó de mí y me invitó a comer.


–¿Y qué pasó? No me dejes así… ¿Era guapo? ¿Está soltero? ¿Cómo se llama?


Paula ni siquiera sabía si estaba soltero, pero tenía la seguridad absoluta de que no llevaba anillo de casado porque se había dedicado a admirar sus manos morenas, grandes y elegantes mientras cortaba el pan y aliñaba la ensalada.


–¿Paula? ¿Me has oído? Te he hecho una pregunta…


Paula sacudió la cabeza.


–Ah, sí, disculpa… Estaba pensando en otra cosa. Pero no hay mucho que decir. Sólo hemos comido. Nada más –afirmó–. ¿Y tú? ¿Qué has hecho?


–Lo de siempre. Ayer salí a tomar algo y hoy he estado cocinando y haciendo limpieza. Aunque tienes una cara tan despejada y llena de energía que lamento no haberte acompañado a tu excursión. La próxima vez que salgas, iré contigo.


–Me han recomendado la calzada romana de Arpino…


–¿Una calzada romana? ¿No te parece que exageras un poco con tu gusto por la historia antigua? –preguntó.


–Sospecho que se te han quitado las ganas de acompañarme.


–Y tanto. Pero, ¿Qué ha pasado con la mujer de la fotografía que me enseñaste? ¿Has descubierto algo?


–Sí y no. Por lo que Pedro me contó, parece que Lucía falleció en 1944 por culpa de una epidemia de gripe.


–¿Pedro? ¿Ése es su nombre?


Paula hizo caso omiso y siguió con su explicación.


–Lucía trabajaba para la familia de Pedro. Me dijo que salvó a su abuelo cuando era un bebé. Lo amamantó ella misma.


–Vaya… ¿Y eso es todo?


–Bueno, creo recordar que la muerte es el final de las cosas –se burló.


–Vamos, Paula, no me digas que no vas a investigar nada más. ¿No quieres saber quién era? ¿Ese hombre no sabía nada sobre su familia? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario