lunes, 25 de septiembre de 2023

Aventura: Capítulo 22

 –Dicho así, una placa en la iglesia no parece homenaje suficiente. Por lo menos, merecería una estatua en la plaza del pueblo.


Paula frunció el ceño.


–¿Usted cree? Yo diría que la propia supervivencia de Isola del Alfonso es un monumento más que suficiente a la memoria de Lucía. Aunque por otra parte, no estaría mal… El mundo está lleno de monumentos que honran las guerras. Por una vez, podrían haber levantado uno que honrara el amor.


–No podría estar más de acuerdo.


–Además, las mujeres están muy mal representadas en cuestión de monumentos. Casi todos son de hombres.


–Pues no se hable más. Lucía tendrá un monumento.


Ella lo miró con intensidad, sorprendida.


–¿Así como así?


–No, no será tan fácil. Como es lógico, la propuesta tendrá que conseguir el apoyo del alcalde. Y si él lo aprueba, aún faltará la del líder de la oposición… Que naturalmente, se opondrá.


–Ah, políticos…


–Peor que eso. Además de políticos, son familia. Primos lejanos.


–Oh, vaya.


–Pero se convocará a los vecinos al pleno y todos podrán exponer sus opiniones. De hecho, estoy pensando que debería asistir a ese pleno y explicar por qué le parece tan importante. Ayudaría a facilitar las cosas.


–Lo dudo mucho. Mi italiano es tan terrible que no me entenderían…


–Vamos, Paula, haga un esfuerzo. A fin de cuentas, es por una buena causa.


–Cierto. Y supongo que también sería un buen motivo para que me esforzara por mejorar mi italiano. Allora… –dijo con una sonrisa.


–Entonces, trato hecho. Asistirá y conquistará los corazones de los vecinos.


–¿Cómo podría negarme?


–No puede. Ha sido idea suya. Pero le advierto que el asunto no terminará ahí.


–¿Ah, no?


Pedro negó con la cabeza.


–Aunque la oposición pierda después de un debate que en cualquier caso será interminable, faltará lo más importante de todo.


–¿A qué se refiere?


–A cuánto costará y quién lo va a pagar.


–Bueno… Se me ocurre que el precio podría importarles menos si usted convence a su prima para que inaugure el monumento.


Él rió.


–¿Convencer a Bella? ¡Es una idea magnífica! Con ese cebo, el dinero no les importará nada. Tendrían ocasión de salir en todas las revistas del corazón en compañía de la preciosa Isabella Alfonso.


–¿Lo ve? Ya hemos encontrado la solución.


–Empiezo a pensar que ésta no es la primera vez que encuentra solución a un problema aparentemente insoluble…


–Es que he participado en muchos comités dedicados a recaudar fondos. Lo primero que se tiene que hacer para conseguir algo es conseguir el apoyo de algún famoso del lugar –explicó.


–¿Tiene experiencia con comités? –preguntó Pedro, fascinado con ella–. Me alegro mucho, porque tendremos montones… Uno, para decidir el nombre del artista que se encargará de realizar el monumento. Otro, para aprobar el diseño y los materiales que se utilizarán. Y uno más, para decidir el lugar exacto del emplazamiento. 

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