miércoles, 25 de mayo de 2022

Enfrentados: Capítulo 55

 -Pero fuiste tú el que rescataste a Kevin.


-De mala gana, Paula. Eso no me hace un salvador. 


-Eras un niño. A los diez años se supone que uno no puede ser un ciudadano modelo.


-De un modo u otro, no debería haberme ido. Dicen que el carácter de un hombre se demuestra en los momentos difíciles, y yo... -bajó la voz-. Sé dónde está el mío.


Paula le puso la mano en el brazo, y él sintió que un calor le corría por las venas.


-Creo que te exiges más a tí mismo de lo que nadie ha hecho jamás. 


Pensó en cómo había decepcionado a Marcos.


-Nunca me he exigido lo suficiente -Pedro se tapó el pecho con la manta-. Tal vez deberíamos intentar dormir.


-No me has contestado a mi pregunta.


Cerró los ojos.


-¿Cuál era?


-¿Por qué quieres llevarte la caravana?


Él se dió la vuelta.


-Porque el año pasado le fallé a una persona y esta es mi oportunidad de resolverlo.


-¿De qué estás hablando?


-Esta historia no tiene final feliz. Todavía no.


-No pasa nada -se acomodó la cabeza sobre el almohadón y lo observó en la oscuridad.


Paula esperaría pacientemente; no le presionaría ni le insistiría para que hablara. Si le decía que no quería hablar de ello, lo dejaría ahí. Sabía que era de esa clase de mujer. Y él respetaba eso; la respetaba a ella. Hablarle de Kevin le había ayudado a sentir cierto alivio. Tal vez si le contaba el error que había cometido con Marcos sentiría lo mismo. De modo que aspiró hondo y empezó.


-Hace cinco años Marcos y yo nos marchamos a California para montar nuestro propio negocio. En realidad fue idea de él, y en ese momento yo sólo me uní al proyecto -se encogió de hombros-. Era el cerebro detrás de todo. Yo sólo lo ayudé a vender sus ideas.


-No sé -comentó Paula-. Tú eres un hombre inteligente.


-No lo suficiente. Al menos cuando fue más necesario -Pedro ahuecó la almohada y acomodó la cabeza-. Nos fue muy bien durante cuatro años y medio. Marcos trabajaba como un loco, y eso tenía fastidiada a Daniela. Mi hermano se enfrascó en el negocio y llevaba parte de la administración aparte del diseño del software.


-¿Y qué hacías tú?


-Lo que mejor sabía hacer. Vender. Marcos no es tan sociable...


-Lo contrario a tí -comentó Paula. 


-Sí. Así que yo me dedicaba a las ventas, y como he dicho todo marchó bien durante cuatro años y medio. Entonces empezó a extenderse el negocio por Internet, y el nuestro comenzó a tambalearse. Acabábamos de firmar un contrato muy importante, así que pensamos que estábamos a salvo. Incluso contratamos a un par de personas más para ayudarnos con la creación del software. Marcos necesitaba pedir ordenadores más rápidos y mejores, así que teníamos un préstamo bastante elevado en concepto de equipamiento, además del gasto extra de los programadores -Pedro notó que Paula se le había acercado un poco mientras hablaba; una sensación cálida le envolvió el corazón-. El contrato nuevo significaba que Marcos pasaría más horas trabajando, lo cual, comprensiblemente, no le gustó nada a Daniela. Empezaron a pelearse como locos. Entonces el cliente empezó a variar la fecha de entrega. Cuando comenzaron a fallar en los pagos, sospechamos que tal vez pasara algo, pero continuamos trabajando porque se nos ocurrió que sería algo temporal.


-Pero no fue así.


Pedro sacudió la cabeza.


-Entonces un conductor que iba borracho atropelló a Daniela y la mató. Marcos se quedó totalmente abatido. Me pasó todos los libros de contabilidad y todo lo que estaba haciendo en la empresa y me pidió que me hiciera cargo de todo. Luego celebramos el funeral, y creo que se sentía tremendamente culpable. De modo que se encerró en sí mismo y apenas iba a la oficina.


-¿Y tú tuviste que encargarte de su trabajo, aparte de las ventas?


-Sí. Pensé que podría hacerlo. Había estudiado empresariales en la facultad, pero... -Pedro suspiró-. Al final el negocio se fue al garete. El contrato con el que habíamos estado contando, se deshizo. El cliente se declaró en bancarrota. Y nos quedamos con un montón de facturas que no podíamos pagar. Si hubiera vendido más o hubiera intentado hacer otra cosa... Tal vez podría haber solucionado algo. Cualquier cosa. Marcos contaba conmigo. Supongo que eligió al tipo equivocado -Pedro soltó una risa amarga.


Paula se acercó y apoyó la cabeza junto a la suya. Le puso la mano en la mejilla y lo miró a los ojos.


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