viernes, 6 de mayo de 2022

Enfrentados: Capítulo 11

Nancy entró en la caravana e hizo una mueca.


-Ahora que estamos todos aquí, empecemos el concurso -accionó un interruptor en la parte delantera de la caravana y bendijo el aire fresco que empezó a salir por las rejillas de ventilación-. Empecemos por las reglas. Los periódicos llegarán a diario y podéis captar los canales locales en las televisiones para estar al tanto de todo. Hay una cocina completa, con un frigorífico bien surtido y armarios con todo lo necesario. Yo les traeré productos frescos tan a menudo como haga falta para un grupo tan nutrido como vosotros. Sólo me dan  una lista y yo haré lo que pueda. Un par de restaurantes de la zona se han ofrecido amablemente a proporcionaros cenas para las noches siguientes. A cambio de publicidad, por supuesto.


-¿Publicidad a través de los medio de comunicación? -preguntó alguien al fondo.


-Sí, sí. ¿No se lo había dicho? Un equipo de la televisión de Lawford vendrá más tarde a filmarlos. Se asomarán de vez en cuando. En realidad ya están de camino hacia aquí. Ha habido un accidente en la autopista y por eso se han retrasado. Así que se han perdido la gran entrada -Nancy se llevó el dedo a los labios-. Tal vez podamos volver a hacerlo después, para las cámaras - sacudió la cabeza-. Como sea. Volvamos a lo nuestro. Vais a estar todos aquí juntos un tiempo, de modo que sed agradables. Nada de insultos ni gestos lascivos -le echó una mirada a Pedro, que pareció decirle que no le importaría un gesto lascivo por su parte más tarde- . Y nada de pelearse. Lo de dormir no es difícil. Hay una cama de matrimonio en el dormitorio, el sofá se abre en una cama doble, otra doble sobre la cabina y un sillón. Las sillas en la parte delantera son también bastante cómodas. Y luego está el suelo -dio unos golpes con el pie en el suelo-. Al menos está enmoquetado.


Nancy continuó diciendo que si salían de la caravana quedarían descalificados. Salir del vehículo por cualquier razón se consideraba abandonar. El concurso continuaría mientras hubiera más de una persona dentro.


-El que quede el último se quedará con la casa rodante -dijo, haciendo una pasada con la mano a su alrededor-. Ya está. ¿Alguna pregunta?


-¿Cuántas horas cree que puede durar esto? -le preguntó Diana.


Nancy se encogió de hombros.


-No lo sé. En el concurso del Centro Comercial América, hubo dos tipos que duraron tres meses.


Del grupo surgió un gemido entrecortado. Diana miró su reloj.


-Tengo que estar de vuelta al trabajo al mediodía o tomarme un día libre.


Nancy le dedicó una sonrisa indulgente, como si Diana fuera lela. 

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