miércoles, 24 de mayo de 2023

Falso Compromiso: Capítulo 13

 –El hecho de que tus padres tuvieran un divorcio horrible cuando tú eras adolescente no significa que…


–Si no nos vamos ya van a pasar las dos horas de las que dispones antes de ir a la fiesta –dijo Pedro con las llaves del coche en la mano.


Paula agarró su chal y se lo echó por los hombros.


–Si Victoria no hubiera muerto, ¿Se habrián casado?


–Paula –dijo él en tono de severa advertencia.


–Perdona. ¿Me estoy metiendo donde no me llaman? Solo quería saber cuánto tiempo llevaban saliendo juntos.


–Tres años –Pedro apretó los labios.


–¿Tenían pensado casarse?


–¿Quieres que te acompañe a la fiesta o no? –preguntó Pedro enojado.


Por algo era periodista Paula. Sabía cómo sacar sangre de las piedras. Una de sus estratagemas era hacer hablar a la gente para así evitar hablar de sí misma.


–¿Estabas enamorado de ella? 


Pedro abrió la puerta de la casa.


–Vamos, fuera –dijo Pedro con la mirada ensombrecida. Se le veía enfadado Y… algo más.


–¿Estás enfadado conmigo o con la vida en general? El sufrimiento puede hacer que…


–Déjate de psicología barata conmigo –dijo Pedro–. Resérvala para los idiotas que caen en la trampa.


–Te noto muy suspicaz respecto al tema de tu relación con…


–No estaba enamorado de ella, ¿Contenta? –Pedro respiró hondo para calmarse y se pasó una mano por el rostro–. Y no, tampoco tenía intención de casarme con Victoria.


–Pero la echas de menos. 


Pedro hizo una mueca.


–Era una buena chica. No merecía morir tan joven. 


Paula le tocó el brazo cariñosamente. 


–Estoy segura de que a Victoria le gustaría que rehicieras tu vida. No tienes que pasarte el resto de la vida sufriendo por lo que le pasó.


La forma como la miró la hizo temblar.


–¿Te estás ofreciendo como sustituta? 


Paula apartó la mano del brazo de Pedro.


–Claro que no. Tú no eres mi tipo.


–¿No soy lo suficientemente perfecto? –dijo él con una nota de cinismo.


–No tiene nada de malo querer lo mejor para uno mismo –declaró Paula–; sobre todo, si se es mujer. Las mujeres siempre se conforman con un segundo plato en vez de exigir el primero. ¿Por qué no podemos tener lo que queremos? ¿Por qué no aspirar al compañero perfecto?


–Hasta el momento, el único compañero perfecto que has encontrado vive solo en tu imaginación.


–Hasta el momento –Paula asintió–. Pero no me he dado por vencida todavía.


–Pues buena suerte.


Mientras sostenía la portezuela de coche para que entrara Paula, a Pedro le costó mucho trabajo apartar los ojos de su escote. El vestido de noche verde esmeralda le ceñía el cuerpo como un guante, mostrando claramente sus cualidades. No era excesivamente delgada, pero sus curvas estaban muy bien puestas. El colgante imitación a brillante se balanceaba entre los pechos, sin sujetador, y le hacían desear pasar la lengua por esa cremosa piel y morderle los pezones. Llevaba un peinado de esos que parecían poco elaborados; pero, al mismo tiempo, era elegante. El maquillaje de los ojos los hacía más grandes, pero era la boca lo que le cautivaba. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario