miércoles, 17 de julio de 2019

Indomable: Capítulo 54

Se puso tensa cuando Pedro se acercó a ella, y se esforzó en vano por mantener la calma cuando su cuerpo traicionero tembló por dentro por la fiera atracción que sentía hacia él.

–¿Qué edad tenías cuando conociste a Javier? –le preguntó, deteniéndose frente a ella.

Paula, que no se había esperado esa pregunta, frunció el ceño.

–Veinte; todavía estaba estudiando.

–¿Y habías tenido alguna otra relación antes de conocerlo?

–No, había salido con un par de chicos en el instituto, pero me tomaba muy en serio los estudios porque necesitaba sacar buenas notas para poder ir a la Escuela de Medicina, así que no tenía mucho tiempo para esas cosas. ¿Por qué lo preguntas?

–Porque se me estaba ocurriendo que, si no has salido con nadie desde su muerte, y tampoco tuviste ninguna relación seria antes de casarte, eso solo puede significar que fue él quien hizo de tí una persona tan desconfiada –entornó los ojos–. Solo que eso no tiene sentido porque parece que su matrimonio era idílico. ¿Por qué no me cuentas la verdad, Paula?

¿De qué serviría que admitiese que el suyo no había sido un matrimonio ideal ni mucho menos?, se preguntó ella hastiada. Simplemente quedaría patente lo ingenua que había sido. Javier estaba muerto y ya no podía hacerle daño, pero si desvelase que no había sido el marido perfecto que todo el mundo creía que había sido, Valentina y los padres de Javier sufrirían.

–No estoy preparada para hablar de mi matrimonio –dijo con tirantez.

Pedro se quedó mirándola fijamente unos instantes, pero para su alivio no volvió sobre el tema.

–Bueno, estás en todo tu derecho a no hacerlo –fue hasta la puerta, y esa vez la abrió antes de volverse hacia ella–. Tengo programadas unas cuantas reuniones de negocios en distintas ciudades europeas y me marcho mañana temprano. Si hubiera algún problema con mi abuela mientras estoy fuera puedes ponerte en contacto conmigo llamándome al móvil.

A Paula le dió un vuelco el corazón al saber que iba a marcharse. Quería preguntarle cuándo iba a volver. ¿Tenía una amante, o más de una, a la que pretendía visitar mientras estuviese fuera? Disimuló su decepción con una sonrisa indiferente.

–Bien, aunque no creo que te necesite; me las arreglaré.

Los ojos de Pedro brillaron. Se sintió tentado de volver junto a ella, atraerla hacia sí y demostrarle que lo necesitaba tanto como él a ella. Después de una semana de miradas furtivas y de intensa tensión sexual, con una chispa bastaría para encender el fuego de la pasión. Pero, ¿Sería justo encender esa llama cuando jamás podría ofrecerle nada más que algo temporal? Por primera vez en su vida el deseo de proteger a una mujer era más fuerte que el de llevarla a la cama. Y lo que era aún más sorprendente, estaba planteándose tener con ella una relación que durase más que unas pocas semanas. ¡Dio!, ¿Cómo podía estar considerando dejar a un lado su regla de no implicarse emocionalmente en una relación? Despegó los ojos de ella.

–Buonanotte –masculló antes de salir por la puerta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario