miércoles, 17 de julio de 2019

Indomable: Capítulo 53

–Lo siento –murmuró Paula  agachando la cabeza.

–Conocí a Romina durante un viaje de negocios en Roma –le explicó Pedro–. Ella estaba representando una obra en el Teatro Nazional. Nos presentaron en una fiesta después de la obra, y nos sentimos atraídos de inmediato el uno por el otro –le confesó con sinceridad–. Ella era bella, ambiciosa, y parecía extraordinariamente segura de sí misma. Actuar era su vida, me aseguró, y me dijo que no quería una relación seria hasta que su carrera no estuviese bien definida. Si hubiera imaginado siquiera por un momento la impresión de que esperaba de mí un compromiso, nunca habría iniciado una relación con ella. Parecía contentarse con que solo tuviéramos algo causal, y aun cuando puse fin a lo nuestro unos meses después no pareció tomárselo demasiado mal –las facciones de Pedro se ensombrecieron–. Fue espantoso cuando los padres de Romina me llamaron para decirme que había intentado suicidarse, y que lo había hecho porque había roto con ella. Te juro que no le di ningún motivo para creer que estaba enamorado de ella. Ese amor que creía que había entre nosotros estaba solo en su imaginación. Sus padres se mostraron muy comprensivos conmigo y me explicaron que no era la primera vez que ocurría. Según parece le habían diagnosticado un trastorno bipolar y tenía tendencia a tener periodos de depresión y expectativas poco realistas de las relaciones personales. De hecho, sin que yo supiera nada había estado planeando nuestra boda… y hasta se había comprado el traje de novia – apartó la mirada de Paula. No quería ver la incredulidad y la repulsa que estaba seguro de que vería en sus ojos–. Si quieres saber la verdad, no pasa un solo día sin que me sienta culpable. Quizá no supe ver los signos de su fragilidad emocional, o tal vez, de algún modo sí que le hice creer, sin darme cuenta, de que sentía algo por ella.

–Lo dudo –contestó Paula en un tono quedo–. El trastorno bipolar es algo complicado, pero incluso las personas que no lo sufren a veces ven solo lo que quieren ver cuando están enamoradas.

Y al revés, añadió para sus adentros: había quien ignoraba los signos de advertencia de que su relación no era tan perfecta como querría. Como ella, que había excusado a Javier todo el tiempo porque quería creer que la quería. Ella mejor que nadie podía comprender por qué aquella chica se había engañado creyendo que Pedro sentía algo por ella. Una vez más había vuelto a equivocarse con él. Quizá debiera darle un voto de confianza. ¿Por qué no tomar lo que estaba ofreciéndole y pasarlo bien durante el tiempo que estuviese en Italia? Pero hacer el amor con él sería renunciar al férreo control sobre sus emociones, y aquello la llenaba de temor. ¿Y si se daba cuenta de que el sexo no era suficiente para ella?, ¿Y si llegados a un punto quería más de lo que él estaba dispuesto a darle? Podía acabar haciéndose daño.

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