miércoles, 18 de octubre de 2023

Aventura: Capítulo 70

Paula no se había gastado tanto dinero en un vestido en toda su vida; pero esa noche era la velada de la ópera y ya no lo podía retrasar. Al final, terminó entrando en una de las boutiques de la Via dei Condotti y explicando a la dependienta que buscaba algo clásico para asistir a la representación de Tosca.


–Entonces, un vestido negro es lo más adecuado –comentó la mujer.


Cuando Paula salió de la tienda, llevaba un vestido de color negro, de tafetán, que le quedaba como un guante y le llegaba hasta poco más arriba de los muslos. Era más atrevido de lo que tenía en mente en principio, pero pensó que quedaría muy bien con unos zapatos de tacón alto y los pendientes que Pedro le había regalado. A las siete en punto de la tarde, él llamó a la puerta. Y cuando le abrió, la miró de los pies a la cabeza y sonrió.


–Me has dejado sin habla… Estás preciosa.


–Tu mirada me ha dicho todo lo que me tenías que decir – declaró ella, encantada–. Y tú tampoco estás nada mal. El esmoquin te queda perfecto. Aunque afirmes que tu hermano es más guapo que tú, yo soy de la opinión de que le faltan muchos años para poder competir contigo.


Paula se puso una chaquetilla por encima. No hacía frío, pero Pedro se empeñó en que se la pusiera porque dijo que, de lo contrario, los hombres que pasaban por la calle se volverían locos en cuanto la vieran. Luego, la tomó de la mano y la llevó al coche. Al llegar al Palacio de la Ópera, que estaba lleno de gente, varias personas saludaron a Pedro en la distancia o le hicieron gestos para que se acercara, pero él se limitó a asentir y a seguir adelante. No se detuvieron hasta llegar al palco, donde se sentaron. Segundos después de que la obra diera comienzo, la puerta del palco se abrió y apareció una pareja que se sentó a cierta distancia de Pedro.


–Son mi prima y su marido –susurró él–. Lo siento. No sabía que tuvieran intención de asistir. Te los presentaré en el intermedio.


Cuando terminó el primer acto, Pedro declaró:


–Paula, permíteme que te presente a Isabella Alfonso y a su marido, Leandro Bazzacco. Bella, Leandro… Les presento a Paula Chaves.


–Ah, tú debes de ser la Paula de la postal que estaba en su despacho –dijo Bella con una sonrisa–. Siento que nos hayamos presentado de improviso, pero Leandro ha llegado a casa esta mañana y…


–Y has querido aprovechar un acto público para que todos sepan que han hecho las paces –intervino Pedro.


–Por eso y porque es su ópera preferida.


–La mía, no; la tuya –protestó Leandro–. Yo prefiero las óperas de Verdi.


–Se portan bien o los tendré que echar de mi palco – bromeó Pedro–. Y se organizaría un buen escándalo… Se imaginan lo que diría la prensa del corazón. 


Bella hizo caso omiso del comentario de su primo y miró a Paula. 

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