viernes, 13 de octubre de 2023

Aventura: Capítulo 60

 –¿Ocurre algo?


–No, no… Es que estaba pensando en una escena de Pretty Woman. La escena en la que Richard Gere lleva a Julia Roberts a la ópera y una mujer le pregunta si le ha gustado.


–No creo haber visto esa película.


–Seguro que no la has visto. Es una película romántica… El príncipe rescata a Cenicienta y luego…


–¿Luego?


–Cenicienta rescata al príncipe. Pero no muere nadie.


–Vaya, un típico cuento con un final feliz. Aunque aún no has dicho si a la protagonista de la película le gustaba la ópera…


–Sí, claro que sí –respondió–. ¿Hay que ir de etiqueta?


–Sí, pero no hace falta que lleves tus diamantes y tus perlas – dijo con humor.


–¿Y cuándo sería?


–Dentro de un par de semanas, aunque todavía no sé la fecha exacta. Aunque puede que para entonces estés ocupada con entrevistas a otros candidatos a ser tu amante italiano…


Ella rió.


–De ninguna manera. No me perdería la oportunidad de empapar tu pañuelo con mis lágrimas. Seguro que lleva bordadas tus iniciales.


–No, no tengo pañuelos con mis iniciales; pero podría ver si encuentro algún pañuelo de mi abuelo… a fin de cuentas, nuestras iniciales son las mismas.


En ese momento, Paula oyó voces y ruidos de fondo y preguntó:


–¿Dónde estás?


–No estoy muy seguro. He entrado en un bar a tomarme un licor de grappa.


–¿Grappa?


–Es un licor típicamente italiano que se hace con uvas. Tendrás ocasión de probarlo cuando vengas a mis bodegas.


–¿Me gustará?


–¿Quién sabe? Pero deberías probarlo.


–Pedro, yo…


–Sólo te llamaba para decirte que estaré fuera el resto de la semana. No quería que pensaras que soy un amante de una sola noche.


–Bueno, tampoco esperaba salir todos los días con un aristócrata –declaró con sarcasmo.


–¿Estarás libre el viernes por la noche?


–Certo.


–Grazie… En tal caso, nos veremos entonces. Que duermas bien, amore mio.


–Igualmente.


Cuando cortaron la conexión, Paula se quedó tumbada con el teléfono móvil en la mano, como si Pedro siguiera al otro lado de la línea. La había invitado a la ópera. Y evidentemente, tendría que llevar algo elegante. Quizás, un vestido largo y negro, algo sencillo y clásico a la vez. Pero eso significaba que tendría que salir de compras, porque no tenía ningún vestido de esas características. 

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