Aventura: Capítulo 57

Él la tomó del brazo y la llevó hacia un pequeño parque.

–Comparado con lo que le hicieron a mi madre, no fue tan terrible. Vendió fotografías que había sacado durante la boda de Bella. No en la fiesta con políticos y gente del mundo del cine, cuya exclusiva se había ofrecido a otra revista, sino las de la ceremonia privada en la iglesia de Isola del Alfonso ; en la ceremonia reservada a la familia y los amigos íntimos. Y por si fuera poco, las hizo con la cámara que yo  le regalé para su cumpleaños.

Paula no entendió por qué habría hecho algo así. No entendió que tuviera el amor de un hombre como Pedro Alfonso y lo hubiera traicionado. Por mucho dinero que hubiera conseguido, no habría sido suficiente.

–¿Por qué? ¿Por qué lo hizo?

–Para que le dieran un papel protagonista en una película. Era actriz. Y la empresa que editaba aquella revista del corazón era la propietaria de una compañía cinematográfica.

–Supongo que le pagarían una suma importante por esas fotografías.

–Desde luego. Publicaron en portada una fotografía de Bella y Leandro en el altar. Sacaron una edición con una tirada cinco veces más grande de lo normal, pero unas horas después se había agotado y tuvieron que sacar otra. Fue todo un éxito.

–¿Y la otra revista? ¿No los denunció?

–No habría podido. No tenía derechos sobre las fotos de la iglesia –contestó–. Bella y Nico podrían haberlos denunciado, pero Bella prefirió olvidar el asunto.

Paula asintió. Obviamente, la prima de Pedro había preferido olvidarlo porque habría resultado muy doloroso para él.

–¿Desde cuándo la conocías?

–¿A Giuliana? Sólo llevaba unos meses con ella. Nos conocimos en la fiesta que dio el estudio cinematográfico para celebrar el compromiso de Bella. Cuando la ví por primera vez, me quedé… hechizado.

–Tú te quedaste hechizado y a ella le pareciste una oportunidad perfecta.

–¿Qué va antes? ¿El huevo? ¿O la gallina? –se preguntó–. No lo sé, Paula, pero ¿Qué importa? Giuliana era preciosa y yo tenía fama de no ser capaz de resistirme a una cara bonita.

–¿Y consiguió el papel que quería?

–Oh, sí. Por lo visto, tiene mucho talento.

–Entonces, es posible que hubiera conseguido ese papel de todas formas. Es decir, sin tener que traicionarte.

–No estoy seguro de eso. El mundo del cine es muy duro. Hay montones de actrices y muy pocos papeles. Pero en el fondo, a mi prima no le vino nada mal… La gente se puso de su lado cuando Bella mostró su indignación por lo sucedido, y la convirtieron en un poco menos que un icono del país. Además, nadie agredió a nadie ni se suicidó por ello. Nadie salió herido – sentenció.

–Nadie salvo tú.

Pedro no lo pudo negar.

–En efecto. Me dolió mucho que todas sus palabras, todos sus besos y todas sus caricias fueran mentira.

Paula estuvo a punto de decir que no era posible, que nadie fingía tan bien como para que todo eso fuera realmente mentira. Sin embargo, se lo calló porque carecía de importancia; en cualquier caso, esa mujer lo había traicionado.

–Gracias por decírmelo. Ahora comprendo que desconfiaras de mí cuando aparecí en tu casa, cuando todo el mundo pensaba que Bella estaba allí. Llegué en mal momento.

Pedro le pasó un brazo por encima de los hombros.