lunes, 7 de agosto de 2023

Loca Por Tí: Capítulo 74

 –Pedro, si quieres saber la verdad, pregúntale a Karen – masculló–. Las mujeres, incluso las que parecen ángeles, no suelen ser lo que parecen –añadió con lengua viperina–. Lo que te he contado debería ser suficiente para que no cometas un terrible error. No lo eches en saco roto –concluyó con una desagradable sonrisa.


–Será mejor que te calles –le advirtió Pedro muy serio–. A lo mejor, tienes un par de costillas rotas, pero todavía te puedo romper la nariz.


Marcos se calló al instante. No quería que le rompiera la nariz. Eso lo afearía mucho y a él le gustaba gustar a las mujeres.


Paula sintió que se le revolvía el estómago. Tenía claro que Pedro quería creer que lo que Marcos le había contado era mentira, pero ¿Lo conseguiría? Marcos mentía muy bien, llevaba haciéndolo toda la vida y resultaba muy convincente. Supuso que Pedro todavía dudaría. Si le preguntaba a Karen, todo estaría perdido. ¿De verdad llegaría Karen tan lejos por Marcos? Ella tenía que recuperar la confianza de Pedro. Dos personas que se aman no pueden hacer nada si no confían la una en la otra.


Marcos había pasado la noche encerrado. Le habían subido una cena copiosa la noche anterior y un buen desayuno por la mañana. Mientras se servía el café, miró al ama de llaves, que lo observaba con manifiesto desprecio, y se preguntó si no le habría puesto algo en el zumo de naranja, que tenía un color extraño. Decidió no tomárselo. Estaba furioso. En cuanto volviera a Sídney, iba a llamar a Karen, la invitaría a cenar y le contaría lo sucedido. Sabía que podía contar con que mintiera por él. Siempre se le habían dado bien las mujeres. De hecho, todavía le costaba creer que Paula, su Paula, su mujer, ya no lo quisiera. «Dale tiempo», le susurró una voz en su cabeza. Sí, seguro que el argentino se iba, después de la semilla de discordia que había sembrado entre ellos, seguro que desaparecía. Todavía podía tener él la última palabra.



Paula tenía un único objetivo: Preguntarle a Pedro qué iba a hacer. Y quería una respuesta clara y concisa. Si le decía que iba a hablar con Karen, ya se podía ir olvidando de Pedro porque se iría, cegado por las mentiras. Hasta aquel momento, su relación se había basado en el corazón, pero las mentiras de Luke los había enfrentado con la gran pregunta: ¿Confiaba Pedro en ella o no?



Pedro acompañó a Marcos a la pista de aterrizaje para asegurarse de que el avión de carga despegaba con él dentro. En cuanto se subieron al jeep, Marcos retomó la conversación.


–Las mujeres guapas tienen mucho poder. No lo olvides. Consiguen compasión incluso cuando no la merecen. Los hombres siempre perdemos. Perdemos a nuestras esposas y a nuestros hijos.


–¿No te rindes? –le dijo Pedro.


–Claro que no, no olvides que soy abogado y soy muy bueno.

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