lunes, 7 de agosto de 2023

Loca Por Tí: Capítulo 73

Pedro miró a Marcos con furia y se preparó para embestirlo. Marcos se dió cuenta y lo miró aterrorizado.


–¡Todo lo que te conté es verdad! –gritó.


No le dió tiempo a más. Sus costillas se encontraron con el puño de Pedro. Fernandez salió lanzado hacia atrás y cayó al suelo doblado en dos.


–Levántate –le ordenó Pedro muy serio.


Marcos levantó las manos en señal de rendición.


–Déjale, Pedro, por favor –le rogó Paula a Pedro agarrándole del brazo–. No merece la pena –añadió por miedo a lo que pudiera pasar– . Mañana se va, te lo prometo, y hasta entonces lo tendremos encerrado.


Y lo decía en serio. No estaba dispuesta a dejar a aquel monstruo deambulando por su casa.


–Me gustaría enseñarle una lección –contestó Pedro.


–A ver si te le voy a enseñar yo a tí –gritó Marcos convencido de que Paula siempre acudiría en su rescate.


–¡No me hagas reír! –exclamó Pedro–. Has intentando estrangular a tu mujer. Yo lo he visto. No te la mereces y nunca te la has merecido. ¿No te ha quedado claro? –le preguntó dando dos zancadas hacia él.


–No te acerques más –le dijo Marcos.


–Pedro, no queremos más problemas. Déjalo –le pidió Paula cada vez más nerviosa.


–Este canalla no merece tu compasión –contestó Pedro–. ¿Qué habría ocurrido si yo no hubiera estado fuera? Te habría estrangulado –añadió iracundo–. Que te levantes te he dicho –le repitió a Marcos.


Marcos no tuvo valor para hacerlo, se quedó en el suelo, gimoteando. Pedro se acercó a él y le dió un golpe en la cabeza.


–Tienes suerte –exclamó–. Espero que Paula te denuncie y acabe con tu carrera de abogado.


Marcos miró a Paula implorante.


–Tú nunca me harías una cosa así, ¿Verdad? –le preguntó–. Soy tu marido. No te iba a hacer daño, solo quería hacerte entrar en razón.


–No mientas –le dijo Pedro dándole otro golpe en la cabeza–. Ya que estás de rodillas, aprovecha y pídele perdón a Paula. 


«¿Pedir perdón yo? ¡Jamás!», pensó Marcos.


–¿No me has oído? –insistió Pedro.


–Déjalo, de verdad, no merece la pena –terció Paula llevándose la mano al cuello enrojecido.


Pedro comprendió que Paula lo estaba pasando mal y accedió.


–Está bien, pero quiero que te pida perdón. Marcos, adelante, te escuchamos. Pide perdón y admite que has mentido.


Marcos no dijo nada. Pedro se giró hacia Paula.


–No parece dispuesto a hacerlo –comentó–. ¡Veremos! –añadió mirando a Marcos con desdén.


Marcos no se hizo el valiente. Pidió perdón de manera entrecortada sin admitir que había mentido.


–Lo he hecho porque te quiero, Paula, espero que te des cuenta.


–Gracias, Marcos –contestó ella–. Lo más triste es que te crees que eres una buena persona cuando, en realidad, no sabes nada del amor ni de la empatía. Hay analgésicos en el armario del baño. Lo nuestro ha acabado definitivamente. Te quiero fuera de Kooraki.


Estaban saliendo por la puerta cuando Marcos, que ya se había puesto en pie, decidió quemar su último cartucho.

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