viernes, 4 de agosto de 2023

Loca Por Tí: Capítulo 68

Marcos era capaz de cualquier cosa.


–¡Paula! –la llamó Pedro.


Paula se giró hacia él, que se había quedado a la sombra de unas acacias. Cuánto amaba a aquel hombre.


–¿Nos sentamos? –le sugirió Pedro temeroso de que Paula no confiara en él–. Siento mucho haberte disgustado.


Paula suspiró y pensó que la maravillosa complicidad que tenían se había roto. Destrozada, se dejó caer y se sentó en la arena con las piernas cruzadas.


–Dí algo –dijo Pedro acariciándole la mejilla.


Paula apartó la cabeza con decisión.


–¿Qué quieres que te diga? –le espetó.


–La verdad, solo pido la verdad –contestó Pedro.


Paula sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas.


–¿Eso quiere decir que das por hecho que te oculto algo? ¿Y tú has sido completamente sincero conmigo? –lo atacó–. ¿Sé yo acaso todo lo que tengo que saber de tí? Eres un hombre increíblemente guapo y apasionado. Seguro que has estado con muchas mujeres. ¿No tendrás unos cuantos hijos por ahí?


Pedro sintió que la furia se apoderaba de él y maldijo a Marcos Fernandez por haberlos metido en aquella situación.


–No mancilles mi nombre, Paula, no te lo consiento –se defendió–. Si en algún momento, alguna de mis parejas se hubiera quedado embarazada, me habría hecho cargo del bebé. No soy hombre de desatender mis responsabilidades. Pero esa situación nunca se ha producido. Por supuesto, he tenido relaciones, pero creo que nunca antes me había enamorado.


–¿Lo dices en pasado?


–No quiero hablar de mí –le dijo Pedro tomándola de la mano–. Siempre he sido completamente sincero contigo. Me tengo por un hombre de honor. No cambies de tema, por favor.


–¿El tema es si he estado en algún momento embarazada de Marcos? ¿Quieres saber si perdí al bebé y no te lo he contado? ¿Qué es lo que quieres saber exactamente? –le preguntó Paula enfadada.


–Solo la verdad, ya te lo he dicho.


–¿Y tú haces las preguntas? –se indignó Paula con amargura.


Cuánto amaba a aquel hombre que no confiaba en ella.


–¿Cuándo fue? –quiso saber Pedro.


Paula perdió la paciencia y levantó la mano para abofetearlo, pero Pedro la agarró de la muñeca y se lo impidió.


–Suéltame –gritó Paula, que no quería que la tocara bajo ningún concepto.


–No tengas miedo, jamás te haría daño –le dijo Pedro sin soltarla–. No te tendría que haber preguntado nada –se lamentó.


–¡No, no tendrías que haberlo hecho! –gritó Paula dándole un puñetazo en el pecho con la otra mano.

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