viernes, 4 de agosto de 2023

Loca Por Tí: Capítulo 66

Pedro estaba tenso y Paula, disgustada.


–Menos mal que no te has hecho nada –comentó mirando a Marcos.


–A lo mejor sí me he hecho algo –se quejó aquel.


Le seguía doliendo el lugar del impacto. Se iba a tener que tomar otros dos analgésicos porque quería hablar con su mujer. Había ido hasta allí para hablar con Paula y no se iba a ir sin haberlo hecho.


Pedro se ofreció a llevar a Sandra al aeródromo de Kooraki, donde la vecina había dejado su helicóptero. Aquello gustó tanto a Sandra que se sonrojó, pero Paula anunció que ella también los iba a acompañar. Quería quedarse a solas con él cuanto antes para poder hablar en paz.


–Bueno, pues aquí me despido –anunció la vecina al llegar a su destino–. Supongo que volverás pronto a casa, Pedro.


–No, no creo, no creo que me vaya pronto –contestó Pedro.


Sandra se despidió de Paula y se subió a su helicóptero.


–¿Damos una vuelta en coche? –le propuso Paula a Pedro en cuanto el aparato despegó.


–Como quieras –contestó él.


No era la respuesta que Paula esperaba.


–¿Te pasa algo?


–¿Por qué me iba a pasar nada?


Paula se rió.


–Te voy conociendo y, a veces, me parece que te leo el pensamiento.


–¿Ah, sí? ¿Y qué estoy pensando ahora?


Paula se enfadó.


–Ha sido Marcos, ¿Verdad? ¿Qué te ha contado?


–¿Qué me puede haber contado? –contestó Pedro encogiéndose de hombros y no sabiendo muy bien cómo encarar aquella situación.


–Te ve como un rival –le aclaró Paula dándose cuenta de que estaban a punto de discutir por primera vez–. Por favor, no contestes a mis preguntas con más preguntas. Es evidente que Marcos te ha contado algo que te ha disgustado. Es un hombre extremadamente posesivo. No se habrán peleado, ¿Verdad?


–Te aseguro que ha sido Malyah Man, yo no he hecho nada – contestó Pedro divertido y disgustado a la vez.


–¿No me lo vas a contar? –suspiró Paula.


Pedro le acarició la mejilla. Su piel era tan suave como los pétalos de una flor. Aunque estaba disgustado, quería tomarla entre sus brazos y hacerle el amor, pero no se lo permitió.


–Ven, quítate del sol, que tu piel es muy delicada –le dijo.


–No quiero volver a casa –confesó Paula cuando estaban llegando al jeep–. No quiero ver a Marcos –añadió con desdén.


–Pues vamos a dar una vuelta –contestó Pedro abriéndole la puerta del copiloto.


Pedro no podía negarse a sí mismo que las confidencias de Marcos lo habían conmocionado, pero no estaba dispuesto a dar por hecho que fueran ciertas. ¿Cómo iba a ser cierto que su preciosa Paula no quisiera tener hijos? Por no hablar de que fuera capaz de abortar. Completamente imposible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario