miércoles, 27 de abril de 2022

Fuiste Mi Salvación: Capítulo 62

 –Solo me preguntaba qué es lo que más les gusta de participar en Miss Showgirl.


–Muchas cosas –Valentina se mordió el labio inferior–. Esto va a sonar un poco estúpido, pero me ha gustado mucho experimentar con el maquillaje, los accesorios de pelo y todo lo demás. Es divertido.


–La moda debería ser divertida –dijo Paula lentamente, dándose cuenta de que ella siempre lo había creído también.


–Pero... –Valentina siguió adelante–. Pero obligarme a hacer algo que me da miedo, y hacerlo bien y ver que la gente no se ríe de mí... Eso es lo mejor de todo.


–¿Lola?


–¡Los zapatos!


Dado que era muy alta, siempre había evitado los zapatos de tacón, pero ya no lo haría nunca más.


–¡Me encantan los zapatos! Todos. Los de plataforma, los tacones de aguja, las botas, las manoletinas. Descubrir el mundo de los zapatos ha sido como un sueño. Ahora... Ahora ya no siento tanta vergüenza de ser tan alta –sonrió–. Ahora veo que encorvarme hacia delante me hace parecer tonta. Y que lo que mi madre lleva toda la vida diciéndome es verdad... Si no le gusto a alguien por mi altura, entonces no merece la pena.


Paula se dió cuenta de que tanto Valentina como Lola eran capaces de ver más allá de la mera superficialidad del concurso.


–Aunque lo de las joyas también ha sido genial. Y lo de preparar el catering de la cena de gala fue estupendo.


–Llegar a conocer a las otras chicas también me ha gustado mucho –añadió Valentina.


–Ya sabes... –Lola ladeó la cabeza–. Pensaba que todas esas chicas tan populares estaban muy seguras de sí mismas, pero al final he visto que son iguales que nosotras. ¡Todo fachada! –dijo al unísono con Valentina.


–Eso es –estuvo de acuerdo Paula. De repente se sentía mucho mejor–. ¿Han decidido qué look quieren?


El día anterior les había pedido que escogieran entre tres opciones, un look clásico, atrevido, o el de princesa.


–Recuerden que tradicionalmente el concurso de Miss Showgirl se decanta por el look de princesita –les había advertido, pero cada vez le quedaba más claro que las chicas estaban muy lejos de lo tradicional.


–Ser diferente es bueno, ¿No? 


–Ya lo creo.


Valentina respiró hondo.


–Creo que yo me decanto por el look clásico. Pensaba que quería ser princesa, pero entonces empecé a mirar las revistas y me dí cuenta de que lo clásico me va mejor.


–Buena elección –aplaudió Paula–. ¿Lola?


Lola tenía tendencia a repetir todo lo que decía Stevie, así que probablemente escogería el look clásico también.


–Atrevido –dijo de repente la chica, entrelazando las manos.


Eso sí que fue toda una sorpresa. Paula intentó que no se le notara mucho.


–Quería llevar unas cuñas estratosféricas y enseñarle a mi madre lo orgullosa que estoy de mi altura. Y creo que estas cuñas... – le mostró una foto que había arrancado de una revista– son atrevidas.


–¡Son maravillosas!


Eran unos zapatos de cuña de corcho y satén verde. Las tres pasaron un momento admirando los altos tacones.


-Me da un poco de miedo si lo pienso mucho, pero se me ocurrió que quizá podría llevar un minivestido... No demasiado corto.


–Pero lo bastante para sacarle todo el partido a esas piernas tan largas que tienes.


La chica asintió.


–¡Oh, chicas! –Paula se frotó las manos–. Nos lo vamos a pasar muy bien.


Después de revisar numerosas revistas y de hacer unos cuantos bocetos las chicas se decidieron por fin. Valentina optó por un traje de pantalón de corte clásico con una línea muy suelta. Lola eligió un vestido de terciopelo de color crema con un estampado en distintos tonos de verde. Las dos habían hecho elecciones arriesgadas y Paula estaba muy orgullosa de ellas. 

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