miércoles, 15 de septiembre de 2021

El Candidato Ideal: Capítulo 64

Paula tomó aliento para calmarse. No pretendía pelearse con Antonio por Pedro. Nunca le había levantado la voz hasta entonces.


—Sólo estoy diciendo que te han informado mal.


—De acuerdo.


Ella esperó que continuase con la conversación, pero se había acabado. ¿Acaso no tenía sangre en las venas? ¿Cómo se podía ser tan tranquilo? Luego recordó que eso era lo que le había atraído de él al principio.


—Bueno —dijo él—. Creo que ya sabes la razón de mi llamada. ¿Quieres que hablemos de esto por teléfono o quedamos para cenar? En algún sitio que parezca romántico.


No podía haber pronunciado aquella palabra con menos entusiasmo.


—Ven a mi casa.


—De acuerdo. Te veo dentro de una hora.


Cuando acabó de hablar con él, Paula descolgó el teléfono. No era una noche para interrupciones.



Pedro colgó en cuanto saltó el contestador. El mensaje que tenía que darle no se podía dejar en un contestador. Volvió a llamarla varias veces, pero ella no respondió. Antonio estaba allí para escuchar su respuesta y, aunque aquello tenía que darle igual, Pedro no se había sentido tan descorazonado y desconsolado en toda su vida.



Eran más de las once; Paula había pasado las dos últimas horas con Antonio, pero necesitaba el calor de los brazos de sus padres. Cuando llamó a la puerta sabía que estarían levantados, y fue su madre, junto con Bobby, quien acudió a la puerta.


—¡Paula! ¡Qué sorpresa! Ya hemos cenado, pero si quieres que te caliente algo...


—Gracias, mamá, pero ya he cenado —dijo ella, sin dejar de abrazar a su madre con un brazo y al perro con el otro.


—Pasa, tu padre está en la sala viendo las noticias. Les llevaré unos dulces.


—Quería hablar contigo, mamá.


—¿En la cocina? Estoy haciendo galletas de jengibre para llevar a la partida de cartas.


—Perfecto.


Paula llegó hasta la sala donde estaba su padre. Bobby se acomodó a los pies de su amo.


—¡Hola, papá!


—¡Paula! No sabía que ibas a venir.


—Quédate aquí, papá. Voy a ayudar a mamá en la cocina. Vendré en un momento.


—¿Galletas de jengibre?


—Has adivinado. Te traeré unas pocas cuando acabemos.


—¡Genial!


Paula se unió a su madre en la cocina.


—Cuéntame.


—He rechazado a Antonio esta noche.


—¿El americano que se declaró hace un mes?


—Sí.


—Muy bien.

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