viernes, 10 de septiembre de 2021

El Candidato Ideal: Capítulo 51

 —Le prometo que fue él quien me trajo a este viaje. Nunca antes había sido invitada y creo que he venido de niñera.


—No seas tonta. Gerardo sólo invita a quien merece de verdad venir. ¿No crees merecer estar aquí?


—Siempre he pensado que merecía estar aquí. Incluso antes de que él apareciera.


Paula asintió; la respuesta la había dejado satisfecha.


—A lo mejor el domingo por la noche te arrepientes de haber venido. A no ser que tengas un estómago de hierro y necesites menos de cuatro horas de sueño, el domingo estarás exhausta.


Leticia miró hacia donde estaba Pedro y Paula la imitó.


—Parece un chico popular.


El corazón de Paula empezó a golpear con fuerza su caja torácica cuando vió que Juana, la joven y depredadora asistente de Gerardo, estaba con él. Al mirar de nuevo a Leticia, vió que le brillaban los ojos de nuevo.


—¡Cariño, llevas un corte de pelo precioso! Tienes que decirme quién es tu peluquero.


Y pasaron el resto del viaje hablando de asuntos puramente femeninos, sin mencionar a los hombres. Pedro consiguió desplazar su atención, centrada en la imagen de Paula alejándose de él, a Juana no sé qué, la asistente de Gerardo, que parecía saberlo todo sobre él. Y no paraba de moverse de modo que sus rodillas se tocaban constantemente y su generoso escote se hacía más visible. Era una muñeca: Morena, segura de sí misma, voraz... No había nada de malo en hablar; Paula sólo estaba para ayudarlo, el resto tenía que hacerlo solo.


—¿Llevas mucho trabajando para el bufete?


—Un par de años. Gerardo me escogió porque soy muy buena tomando notas.


Pedro estuvo a punto de atragantarse con su bebida.


—No lo dudo.


—He oído que el bello Antonio Lucas de Paula Chaves ha vuelto. Ese sí que es un tiburón. Los rumores dicen que se declaró a Paula la última vez que vino, y que ahora ha regresado a saber su respuesta.


¿A saber su respuesta?¿Significaba eso que Paula no estaba comprometida? ¿Aún no había aceptado? ¿Por eso no llevaba anillo?¿Acaso le importaba? No, desde luego que no. Juana lo miraba de cerca, tomando nota de cada gesto, cada parpadeo, para luego ir a contarlo a sus compañeras.


—¿Haces caso de los rumores, Juana?


—Suelen ser verdad.


Podía tener razón.


Leticia no soltó a Paula por un instante, asumiendo que ellas dos tomarían juntas una limusina que les llevara al hotel. Estaban en medio de una conversación acerca del hijo de doce años de Leticia, que se había quedado con sus primos porque no podía fiarse de su ex marido ni un fin de semana. Paula tuvo una idea. Desearía estar con Karen en la oficina tomando notas.


—Leticia —dijo ella—, ¿Por qué no te pasas por el club de contactos de los martes por la tarde? —Paula se apuntó la idea para más adelante—. Estamos teniendo mucho éxito y he captado a alguno de mis últimos clientes porque habían oído hablar del proyecto.


Leticia sacudió la cabeza asombrada.


—Tienes ideas muy innovadoras. No me extraña que Gerardo me dijese que hablase contigo en el avión.


Paula casi estalló de orgullo. ¿Acaso significaba eso que Gerardo ya se había fijado en ella antes de que apareciese Pedro? Aunque, a pesar de todo, tenía que admitir que él le había abierto muchas puertas que antes tenía cerradas.


—Hago lo que puedo para que la transición sea lo más fácil posible. Creo que se lo debemos a nuestros clientes.


Leticia seguía sonriendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario