lunes, 13 de septiembre de 2021

El Candidato Ideal: Capítulo 60

Pedro se detuvo. No podía moverse. Juana tenía razón. Paula se paró y retrocedió donde se había quedado él.


—Ese mes ya ha pasado —ya no necesitaba valor para seguir—, Antonio ha venido a buscar su respuesta y mañana por la noche la tendrá.


La pregunta flotaba en el aire entre los dos. ¿Cuál sería la respuesta?


—¿Cómo lo sabías? —preguntó ella, trayéndolo de nuevo a la tierra, al rugir de las olas contra las rocas, a los chillidos de las gaviotas.


—¿Saber qué?


—Cuando conocías a las mujeres con las que te querías casar —Paula sonreía.


¿Estaba haciendo bromas sobre el matrimonio?


—Supongo que ya te lo habrán contado.


—Cuéntamelo tú.


Paula veía cómo la cara de Pedro se llenaba de expresiones contradictorias, pero quería saber lo que estaba pasando por su cabeza. Incluso con aquel frío, el viento y todo lo demás, la electricidad entre ellos era evidente. Él había insistido hasta hacerla hablar de la parte más crucial de su vida. Ahora era su turno. Aquélla era la última pieza del puzzle de la vida de Pedro.


—Macarena y yo estuvimos saliendo mucho tiempo. Tras seis meses de matrimonio, supimos que había habido un... malentendido. Ella no deseaba tener una familia tanto como yo, y yo deseaba pasar menos tiempo en torneos para la beneficencia y más fines de semana tranquilo en casa.


Pedro tomó a Paula del brazo para ayudarla a cruzar una zona de rocas.


—¿Y antes de eso? —dijo ella, soltándose el brazo una vez pasada la zona conflictiva.


—Nadia. La ruptura con Verónica coincidió con el sorprendente fin de mi carrera, así que me fui a Europa para pasar desapercibido. Ella era la camarera de la cafetería a la que iba todos los días y no sabía dónde se metía. Como soy, desgraciadamente, un caballero, le pedí matrimonio. Estuvimos un año en Francia antes de que Luciana tuviera a Catalina, pero después no soporté estar lejos de ellos y no verlos crecer, así que volvimos a casa. Me equivoqué y ella se convirtió en el tema favorito de la prensa rosa. Tardó dos años en volver a Francia y no la culpo por ello. Hablamos en Navidad y en los cumpleaños.


Habían llegado al final de la playa y ambos se dieron la vuelta para volver hacia la casa.


—¿Y Verónica?


—Con ella fue diferente —Pedro se quedó callado y Paula lo miró—. Era siempre demasiado o nada, y después se acabó.


Desde luego que ella fue diferente. Fue la única con la que estuvo a punto de empezar una familia, la primera en darle un hogar como el de los Gibson y no pudo soportar sus grandes expectativas de lo que una familia debía ser. Después de ella intentó buscar su objetivo bajo los ojos expectantes de la prensa amarilla, así que no le extrañaba que no hubiese podido mantener una relación desde entonces. Y ella había creído que lo suyo con David había sido público...


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