lunes, 23 de marzo de 2020

Cambiaste Mi Vida: Capítulo 51

—Solo intentaba ayudar. Pensé que sería una buena solución a tu problema, además me ayudaría a tener a Abril  entretenida antes de  Nochebuena, pero no herirás mis sentimientos si prefieres hacerlo de otro modo. Piénsalo y ya me dirás algo.

—No tengo que pensarlo. Tienes razón. Es la solución perfecta. Es que me cuesta aceptar ayuda. Y probablemente me cueste más aceptar tu ayuda, porque las cosas son… complicadas entre nosotros.

—Complicadas. ¿Así es como lo llamas?

—¿Qué palabra usarías tú?

«Tensas. Chispeantes. Estimulantes». No podía decir ninguna de esas palabras, aunque fueran ciertas.

—Supongo que «complicadas» está bien. Pero esto al menos es relativamente fácil, si lo piensas. Me caen bien tus hijos, Pedro. No me importa tenerlos conmigo. Franco tiene mucho sentido del humor y estoy segura de que no parará de contarme chistes. Valentina es un hueso más duro de roer, sí, pero acepto el desafío.

—Ahora mismo está pasándolo mal. Supongo que es evidente.

—¿Por la mudanza?

—Está enfadada por eso. Por todo. Mis exsuegros le montaron un numerito. Me culpan por la muerte de Nadia y han pasado dos años intentando separar a Valentina de mí. A los dos, en realidad, pero Franco es demasiado pequeño para prestarles atención.

—¿Y tienen alguna razón real para culparte? —preguntó ella.

—Creen que sí. Nadia tenía diabetes tipo uno y estuvo a punto de morir al tener a Franco. Los médicos nos dijeron que no volviéramos a intentarlo. Ella estaba decidida a tener un tercer hijo a pesar del peligro. A veces era así. Si quería algo, no veía razón por la que no pudiera tenerlo. Yo no quería arriesgarme a que se quedara embarazada. Tomamos muchas precauciones, o al menos eso pensaba yo. Quería hacerlo permanente, pero, el día que tenía programada mi vasectomía, me dijo que estaba embarazada.

—Oh, no.

—¿Por qué estoy contándote todo esto? —preguntó él pasándose una mano por el pelo.

—Me gustaría pensar que podemos ser amigos, aunque las cosas entre nosotros sean… complicadas.

—Amigos —repitió él con una carcajada—. Muy bien. Supongo que no tengo muchos amigos por aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario