lunes, 16 de marzo de 2020

Cambiaste Mi Vida: Capítulo 38

—Le llamé para que viniese anoche. Era una de esas urgencias en mitad de la noche. A Luca le costaba trabajo respirar y yo estaba preocupada y no sabía qué otra cosa hacer. Él… bueno, antes de marcharse… nos besamos. Fue… genial. Simplemente genial. Pero hoy me ha dicho que fue un error. Ha actuado como si fuera una experiencia terrible que deberíamos fingir que no ha pasado. Supongo que su reacción me ha dolido más de lo que pensaba. Me he pasado, y no es justo. No creo todas esas cosas que he dicho. Bueno, al principio sí las creía. Fue un poco maleducado conmigo después del accidente de Luca, me trató como si fuera culpa mía. Supongo que, en cierto modo, lo fue, pero me molestó. Desde entonces hemos estado bien, salvo hace unos minutos en mi habitación.

Laura se quedó callada durante unos segundos mientras asimilaba toda la información. Después habló con el sentido común que a Paula tanto le gustaba.

—A lo largo de las últimas semanas, cuando ha estado alojado en el hotel, he tenido la oportunidad de hablar con la señora Michaels —dijo—. Me ha contado algunas cosas de él. Probablemente más de las que debería. Ten paciencia con él, ¿De acuerdo? Ha pasado unos años difíciles. Al parecer la muerte de su esposa fue horrible.

—Me dijo que murió por complicaciones con la diabetes.

—¿Y también te dijo que estaba embarazada cuando ocurrió?

—No. Eso no.

—Al parecer entró en un coma diabético mientras conducía y se estrelló contra un árbol. El bebé murió con ella. Fue un milagro que Valentina y Franco no estuvieran en el coche también. Estaban con sus abuelos. Según la señora Michaels, los padres de su difunta esposa le culpan por la muerte de su hija y de su nieto y han hecho todo lo posible por separar a los niños de él. Esa es la razón principal por la que vino aquí, creo. Para poner distancia entre ellos e intentar salvar a su familia.

Hizo una pausa y le apretó el brazo a Paula.

—Creo que le vendría bien una amiga.

—Gracias por contármelo. Encontraré la manera de disculparme. Pero ahora no, ¿De acuerdo? Ahora tengo doce personas a las que alimentar.

Laura le dió un abrazo.

—Sé que lo harás. Disculparte, quiero decir. Eres una buena persona, Pau. Alguien a quien me enorgullece llamar hermana. Solo tengo una pregunta más, y es importante. Quiero que lo pienses bien antes de responderme.

—¿De qué se trata?

—Además de ser maleducado y arrogante, ¿Cómo besa el doctor Alfonso?

A pesar de todo, Paula no pudo evitar soltar una carcajada.

—Deja que te lo explique de este modo. Anoche, a Luca, no era al único al que le costaba respirar.

Laura sonrió, lo cual le infundió algo de valor. Al menos el suficiente para agarrar la fuente con el asado y entrar en el comedor con la cabeza alta, preparada a enfrentarse a la que podría ser la cena más bochornosa de su vida.

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