lunes, 16 de septiembre de 2019

Deseo: Capítulo 35

–Se adoraban –concedió Pedro–. Se casaron durante la guerra y vivieron juntos muchos años.

–¿Lo ves? No todos los matrimonios en tu familia estánabocados al desastre. ¿No deberías reconsiderar tu actitud sobre el matrimonio a la vista de la relación de tus abuelos?

Pedro lanzó una carcajada, pero sus ojos tenían un brillo duro cuando respondió:

–Si lo que quieres saber es si no habría posibilidad de que lo nuestro acabara en una relación permanente, la respuesta es no, completamente imposible.

Paula trató de ignorar la punzada de dolor que esas palabras le causaron.

–Yo espero encontrar algún día a un hombre del que me enamore y con el que pueda pasar el resto de mi vida –le informó ella, preguntándose si realmente se atrevería a correr ese riesgo–. Pero de lo que estoy segura es de que no se parecerá a tí en nada.

Pedro se alegró de que, en ese momento, la azafata se acercara para servirles café, interrumpiendo la conversación con Paula.

–Antiguamente fue un monasterio benedictino –explicó Pedro en el momento en que el coche dobló una curva y apareció a la vista una casa de ladrillo y cubierta de teja–. Partes del edificio datan del siglo XI. Se ha rehabilitado en diferentes ocasiones, pero la última obra la realizaron mis abuelos; es decir, mi abuela, que la transformó en la preciosa casa que ves ahí delante.

–Sí, parece preciosa –a Paula le sorprendió el tamaño de la construcción y su historia.

El monasterio se asentaba en lo alto de una colina con vistas a campos verdes y a otros salpicados de flores silvestres y amapolas. En la distancia, se vislumbraba una zona semidesértica conocida por el nombre de Crete Senesi. Una estrecha carretera serpenteaba entre olivares y altos cipreses hasta llegar a Casa di Colombe.

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