miércoles, 24 de octubre de 2018

Polos Opuestos: Capítulo 55

Pedro se sentía furioso y triste. Había estado así desde que saliera del departamento de Paula hacía casi una semana. Y con cada día que pasaba, la tristeza y la furia aumentaban. Era veintitrés de diciembre y Gonzalo le había echado de la oficina hacía un par de horas para empezar sus vacaciones de Navidad. Él había pensado en decir que prefería trabajar, porque así no pensaba en Paula, al menos durante un rato. Pero imaginó que probablemente no sería buena idea airear sus problemas románticos con su jefe, sobre todo cuando su jefe era el hermano mayor de Paula.

Así que allí estaba, en Roots. Con Carolina. Su hermana estaba de buen humor, lo cual hacía que se sintiese más triste y furioso, y no había creído que eso fuese posible. Aunque no había ningún adolescente en ese momento, alguien tenía que estar allí durante las vacaciones por si aparecía algún chico. Como él no tenía nada mejor que hacer, se había acercado al centro para acompañar a su hermana. Los dos estaban sentados en el viejo sofá que daba al ventanal de la calle principal. Habían acercado la televisión y su hermana fue cambiando de canal hasta encontrar la película Cuento de Navidad. Pedro conocía la historia y siempre le había gustado la escena en la que Scrooge se daba cuenta de todo, la reacción de la gente que lo había conocido antes de que se transformara en un ser humano decente. En aquel momento, prefería al Scrooge de antes. Al malo. Encajaba con su estado de ánimo. Realmente sentía algo por Paula. Lo que más le molestaba era que no hubiera nada que pudiera hacer al respecto. Él era ingeniero. Los ingenieros arreglaban cosas, pero no había manera de arreglar aquello. No podía cambiar la diferencia de edad y Paula no podía superar ese hecho. No dejaba de recordarle que él solo estaba interesado en la cantidad, no en una relación de calidad. No podía estar más equivocada. Él había estado interesado solo en divertirse hasta que había empezado a interesarse por ella. Si al menos cediera un poco, él renunciaría a la diversión por ella. De hecho no lo explicaría así si tuviera la oportunidad, pero eso era improbable. Cuando llegaron los anuncios de la película, Carolina puso la televisión en silencio.

—Estoy muy excitada con la Navidad.

Pedro se quedó mirándola con odio y deseó poder meterse debajo de una roca hasta que pasaran las fiestas. Su propósito de Año Nuevo sería encontrar la manera de dejar de pensar en Paula. Así que su respuesta para Carolina fue un gruñido.

—Estoy aliviada de que los exámenes hayan acabado.

Cuando sonrió, Pedro se dió cuenta de lo guapa que era. Tenía el pelo liso y brillante. El entusiasmo podía verse en sus enormes ojos marrones. Le había dicho que había terminado las clases hasta el año siguiente y que no iba a trabajar esa noche. Él estaba en Roots en parte porque, si no podía estar con Rose, no quería estar en ningún otro sitio. ¿Pero cuál era la excusa de su hermana?

—¿Por qué estás aquí, Caro?

 —Para ayudarte a vigilar a los adolescentes.

 —Teniendo en cuenta que aquí solo estamos tú y yo, ¿Por qué no tienes una cita?

 —He renegado de los hombres.

Pedro debía preguntar por qué, pero no quería saberlo. No podía solucionar sus propios problemas, mucho menos los de ella.

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