lunes, 31 de julio de 2023

Loca Por Tí: Capítulo 60

«¡En la guerra y en el amor, todo está permitido!», se dijo. La fortuna le sonrió. Marcos no se lo podía creer. Le entraron ganas de brincar de alegría. La suerte quiso que Sandra O’Hare, una vecina de los Chaves, fuera a hacerles una visita para interesarse por los recién casados y ver qué tal iban en su luna de miel. Marcos pensó con toda su mala intención que lo que realmente quería saber aquella cotilla, que siempre había estado enamorada de Gonzalo, era si estaban sobreviviendo a su luna de miel. Sandra no había perdido las esperanzas, estaba claro. Si el matrimonio iba mal, lo estaría esperando. ¿Y cómo se creía que iba a poder reemplazar a la voluptuosa y gloriosa Brenda? No tenía ni idea, pero, claro, las mujeres razonaban menos y peor que los hombres. Pedro Alfonso, como buen hidalgo que era, estaba saludando a la recién llegada, que lo miraba con curiosidad. Sin duda, se estaría preguntando qué hacía el argentino todavía por allí. ¿No tendría que haberse marchado ya? Seguro que Sandra estaba pensando lo que Marcos creía que estaba pensando: Que Paula era una mujer casada. Efectivamente, estaba casada con él, Marcos Fernandez, abogado de renombre. ¿Y qué hacía él también en Kooraki? Al principio, la vecina se había quedado como si hubiera caído en zona de guerra, pero Marcos le había hecho comprender, con su habitual encanto, que no había ninguna animosidad entre Paula y él. Por supuesto, le dejó creer con su actitud y su tono de voz que estaba destrozado por dentro, pero que lo sobrellevaba como podía. Para celebrar aquella visita providencial, le sugirió al argentino que fueran a dar una vuelta en el jeep.


–Puede que sea la última vez que venga por aquí –comentó haciéndose la víctima–. Ava dijo ayer cenando que quería llevarte a ver Malyah Man, ¿No? Te puedo llevar yo –añadió a pesar de que la enorme escultura de piedra siempre le había parecido horripilante.


A pesar de la sonrisa de Marcos, Pedro lo miró con reticencia. No lo conocía de nada. ¿Y si era un psicópata? Al final se dijo que, fuera lo que fuera Fernandez, podría lidiar con él sin problema.


–¿Tienes cámara de fotos? –le preguntó Marcos.


–Sí, claro.


–Pues llévatela. Seguro que querrás hacer alguna porque es un lugar increíble, ya verás. Se parece a las figuras de la Isla de Pascua. Así, nosotros nos vamos y dejamos a las mujeres tomándose un té y hablando de sus cosas. Estaremos de vuelta en un par de horas. De verdad que merece la pena ir.


Cuando Alfonso fue en busca de Paula, Marcos se quedó en el vestíbulo. Estaba muy contento. Había conseguido sacar tiempo a solas con el amante de su mujer. Tenía que aprovecharlo. Ojalá la escultura se cayera sobre Pedro y lo aplastara, eso sí que sería un final feliz. Sabía que no iba a ocurrir, pero por soñar un rato…

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