lunes, 3 de julio de 2023

Loca Por Tí: Capítulo 2

Aunque había sido una reacción involuntaria, le resultó excesiva. Paula era una mujer que tenía que defender su fortaleza interior, a la que llamaba en secreto su limbo emocional. ¿Cómo no iba a estar a la defensiva si se estaba divorciando de Marcos Fernández, que había resultado ser un marido desagradable e incluso peligroso? Hacía tiempo que tenía claro que Marcos era un narcisista al que solo le importaba él mismo. Aquel rasgo le había sido potenciado desde la cuna por su madre, que lo adoraba. Mónica Fernández nunca había soportado a su nuera, pues era la mujer que le había robado a su hijo y, cuando había fingido quererla, había sido insoportable para ella.


Cuando unos meses atrás le había dicho a Marcos que se iba y que iba a pedir el divorcio, él había reaccionado muy mal, se había puesto como una fiera. De no haber contado con el respaldo de su familia, Paula se habría asustado, pero Marcos no tenía nada que hacer frente a su hermano. ¿Por qué se habría casado con él? Porque creía estar enamorada de él aunque no fuera perfecto. Ella sabía que había preguntas fundamentales en su vida para las que todavía no tenía una respuesta satisfactoria. Mirando hacia atrás, comprendía ahora que para Marcos ella había sido un mero trofeo, una Chaves, con todo lo que aquello significaba. No había podido soportar que lo abandonara porque él y su familia habían quedado mal ante los demás. Ese era el quid de la cuestión, que habían quedado mal delante de los demás. No le había roto el corazón, no, le había herido el orgullo, algo tremendamente peligroso para cualquier mujer que esté casada con un hombre vanidoso. 


Marcos se repondría, Paula estaba segura. De hecho, se hubiera apostado su inmensa fortuna a que así sería. Mientras que ella… Se veía como una mujer que había quedado dañada psicológicamente. Tenía la sensación de que todos los seres humanos sufren. Unos más que otros. Había gente que decía que nadie te puede hacer daño si tú no le dejas. Por desgracia, ella lo había permitido. Se sentía bastante cobarde, había muchas cosas que le daban miedo. Le daba miedo confiar, le daba miedo poner límites, le daba miedo pedir lo que quería, le daba miedo volver a enamorarse. Aquello era horrible. A pesar de lo guapa que era, su autoestima estaba por los suelos. Todo la afectaba y era consciente de ello. Hacía falta muy poco para hacerla sufrir. Siempre se había sentido desvalida. Ella había sido siempre la nieta, no el nieto, de un icono nacional. En su mundo, los varones eran mucho más importantes. ¿Es que las cosas no iban a cambiar nunca? Las mujeres tenían que hacer un buen matrimonio, honrar y respetar a sus maridos y darles hijos para que el linaje familiar tuviera continuación.

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