miércoles, 12 de julio de 2023

Loca Por tí: Capítulo 21

 –No me malinterpretes, Paula. Siempre me he preocupado por tí, ya lo sabes. Soy una buenaza.


–¿Ah, sí? Vaya, qué pena no haberme dado cuenta –contestó Paula decidiendo que se iba a ir antes de que Karen la enfadara todavía más–. Te dejo para que deshagas las maletas. Comemos a la una.


–¿Cuándo se va? –preguntó Karen lánguidamente.


–Cuando le dé la gana –contestó Paula girándose hacia la puerta–. Ha hecho un viaje muy largo y se puede quedar todo el tiempo que quiera.


–¿Pero después de la boda? –insistió Karen–. ¿Después de que Gonzalo se vaya de luna de miel? –añadió acercándose a su prima.


–Gonzalo no se irá solo –le recordó Paula con sarcasmo.


–No, claro que no. Se irá con su esposa. Ya sabe la suerte que tiene con semejante joyita, ¿No? Bueno, sobre todo con su madre…


Su prima tenía una lengua viperina y se estaba metiendo en terreno peligroso.


–Me sorprende que no te des cuenta de la realidad, Karen –le espetó–. Gonza está loco por Brenda. Está enamorado de ella desde que éramos niños. Yo en tu lugar, no hablaría de Celia Norton. En pocos días, Brenda será la señora de Kooraki.


–Nunca me ha caído bien –murmuró Karen.


–Lo tendré en cuenta. Ella siempre ha pensado lo mejor de ti, así que ten cuidado y recuerda lo que te he dicho. Brenda y su madre no son asunto de tu incumbencia.


–¡Tranquila, prima, tranquila! –se burló Karen lanzando los brazos al aire como para aplacar a un caballo encabritado–. Somos primas, ¿No? ¿Es que no podemos tener un rato de confidencias?


–Por supuesto que sí, pero recuerda que Brenda también es de la familia. Estoy encantada de que sea como mi hermana.


Karen dió marcha atrás.


–Será una novia muy guapa –afirmó intentando disimular sus celos–. Me muero por enseñarte el vestido que me he comprado, pero es sorpresa. Creía que Brenda me iba a pedir que fuera una de sus damas de honor. Al fin y al cabo, fuimos juntas al colegio…


A veces, la inteligente Karen podía resultar de lo más obtusa.


–Da gracias de que te haya invitado –contestó Paula–. Hasta luego.


–¡Qué ganas de ir al partido de polo! –exclamó Karen–. También me he traído un conjunto ideal para eso.


–Seguro que sí –contestó Paula, que sabía que su prima no solía repetir jamás la ropa que se ponía–. Te habrá costado un ojo de la cara.


–Unos mil dólares –contestó Karen mientras Paula cerraba la puerta de la habitación.


Así que Karen iba a intentar captar la atención de Pedro, ¿Eh? Bueno, su prima estaba soltera y sin compromiso, así que era libre y podía hacer con su libertad lo que quisiera. Y, si quería y le apetecía, Pedro podía responder porque lo que había habido entre ellos no había sido más que la reacción normal a una potente atracción sexual, pero de ahí a hablar de amor…


Los días fueron pasando rápidamente y todo el mundo estaba de muy buen humor. Karen se reía sin parar, desde que se levantaba hasta que se acostaba, se cambiaba constantemente de ropa y pasaba todo el tiempo que podía con Gonzalo y con Pedro, contenta como una adolescente.

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